"Pallasos en rebeldía" lleva caricias a las almas de los niños palestinos

  • Asido a una perenne y enorme sonrisa, Marcelo González emerge del suelo feliz entre un montón de niños palestinos que tratan de arrancarle su ajado sombrero de hongo, las gafas rojas sin cristal y la nariz de payaso.

Javier Martín

Jerusalén, 4 oct.- Asido a una perenne y enorme sonrisa, Marcelo González emerge del suelo feliz entre un montón de niños palestinos que tratan de arrancarle su ajado sombrero de hongo, las gafas rojas sin cristal y la nariz de payaso.

Es el primer día de la fiesta musulmana del Sacrificio, y el parque Rockefeller, uno de los escasos pulmones verdes de Jerusalén Este, está plagado de niños y adolescentes que miran con extrañeza y cierto recelo a esa tropa de cómicos instalada entre los árboles.

"La risa es una gran terapia en todo el mundo y hace muchísimas cosas por el ser humano. Conocemos historias de que en enfermedades terminales ha prolongado días y tiempo de vida. En este caso la risa es como una caricia en el alma", explica a Efe.

"Es como una abstracción, el trabajo que nosotros hacemos propone una abstracción de la situación que está viviendo, es una puerta a un espacio diferente dentro de un mismo espacio", agrega.

Fundador de la compañía La Máscara y miembro destacado de la ONG "Payasos sin Fronteras", Marcelo es uno de los veinte artistas llegados a Jerusalén para participar en el II edición del Festiclown Internacional de Palestina.

Una semana de talleres, espectáculos callejeros, actuaciones en teatros, escuelas y hospitales ideada por el clown gallego Ivan Pardo con el propósito de convertir la risa en un instrumento de solidaridad y esperanza.

"Creo que estamos trabajando aquí y en todo el mundo por la esperanza, para que haya un mundo mejor para todos. Y en este caso, en este lugar, para que la gente deje de aplastar al que no tiene que aplastar", subraya Marcelo.

Una visión que comparte el conocido payaso y actor español Pepe Viyuela, que ya actuó en Palestina hace seis años.

"La experiencia está siendo muy chocante, muy brutal. Porque hace seis años que no venía y tenía una impresión, pero ha sido impactante comprobar en los sitios que hemos estado cómo el índice de violencia es mucho mayor", señala.

Una situación de la que culpa tanto a palestinos como a israelíes, ya que en su opinión "en lugar construir la paz lo que se está haciendo es construir el enfrentamiento constante".

"No digo que la violencia solo la perciba del lado palestino, que es en el que más estamos trabajando, con los pocos contactos israelíes con los que he estado todo apunta a que no hay ningún ánimo de búsqueda, sino que más bien el desencuentro crece cada vez más", argumenta.

Y eso, junto a los efectos de la devastadora y cruenta ofensiva militar israelí este verano en Gaza, ancla el pesimismo en el alma incluso de un payaso.

"Vuelvo a casa desesperanzado. Con una sensación de que estamos perdiendo los que apostamos por una solución pacífica de este conflicto, ojalá me equivoque", afirma.

Aún así, espera volver en breve, esta vez a Gaza, pues considera que la medicina es la correcta, pero que al poner el termómetro uno se da cuenta de que el enfermo está muy grave.

"Es muy difícil hacer llegar a los niños que están viviendo en este ambiente algo distinto a la violencia. Merece la pena seguir apostando", afirma.

Rodeado igualmente de niños, Iván Prado es el alma de un festival que celebrará más de medio centenar de espectáculos en Jerusalén Este, Ramala, Nablús y Belén.

"Creemos que la alegría puede cambiar el mundo y hacerlo un sitio mucho más hermoso. Hemos venido a decirle al pueblo palestino que no está solo", revela.

"Creemos que estos niños y niñas merecen un futuro de esperanza, paz y alegría. Estamos aquí como una pequeña delegación de la ONU. Los payasos somos los cascos azules de la humanidad", agrega.

Pardo, fundador de "Culturactiva SCG", una de las mas activas de Galicia, y principal soplo de la ONG gallega "Pallasos en rebeldía", organizó el primer Festiclown en Palestina en 2011 tras el éxito de la caravana de la risa enviada dos años antes.

Entonces, logró embarcar a colegas como Leo Bassi, Patch Adams o Johnny Meville, que en esta ocasión también han brindado su apoyo.

Para esta edición, ha convencido igualmente a las compañías brasileñas Kambahiota Group y Traço cia de Teatro, a la multidisciplinar artista argentina Laura Mandarina y a los equilibristas de Kanagadama.

Y a ayuntamientos como el de Lugo o Rivas Vacia-Madrid o la Agencia española de Cooperación, que se han embarcado en un proyecto en el que también participan grupos palestinos salidos de los talleres de la edición anterior.

"La risa por todo el mundo es fundamental, creo que no cambia nada pero sí te cambia a ti, como humano, el prisma para ver las cosas diferente y con un poco más de optimismo", concluye Marcelo.

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