Un estratega militar sirio pudo ser el cerebro de la célula que captó el imán

  • Según la investigación, el imán de Ripoll, Abdel Baki Essati, no fue el auténtico cerebro de los ataques sino un experto militar retornado a Europa, posiblemente Bélgica, desde Siria.

    Los yihadistas siguieron el mismo esquema de los atacantes de Charly Hebdo: hace un mes y medio cortaron toda la comunicación con su círculo de amistades y familiares.

Mossos registran la casa del imán de Ripoll buscando pistas de los atentados
Mossos registran la casa del imán de Ripoll buscando pistas de los atentados

La investigación acerca de los sucesos en Cataluña de los últimos días apunta que Abdel Baki Essati, el imán de Ripoll, ejerció de captador de los jóvenes terroristas que querían provocar una gran masacre en Barcelona. Este individuo, que solía dirigir la oración colectiva en el local de la localidad gerundense, no se cree que fuera la persona que ideó la estrategia para atentar que quería llevar a cabo los jóvenes yihadistas.

Así lo indican fuentes cercanas a la investigación, que están tratando de descubrir quién era la persona que realmente transmitía las órdenes al imán para que, a su vez, se las hiciera llegar a los chavales captados. Se busca, en definitiva, quién fue el "planificador" de todo.

Las fuentes consultadas por Lainformacion.com explican que lo que planeaban los yihadistas de Cataluña fue planificado por alguien con "conocimientos en tácticas militares". Creen que solo un experto puede diseñar una masacre como la que podían haber ejecutado. Los datos que se están conociendo, añaden, no los idea una célula de inmigrantes afincados en la región, sino que exigen la presencia de alguien con mayor experiencia.

Lo que sospecha estas mismas fuentes es que los atentados fueron ideados por un individuo (o grupo de individuos) que viajó a Siria al frente de batalla y retornó a Europa para poner en marcha los planes asesinos. No se descarta que esté planificador no sea un español, sino que se trate de alguien ubicado en otro país europeo, como Francia o Bélgica.Esta teoría sobre la existencia de un "planificador" cobra fuerza sabiendo, además, que el imán de Ripoll se alojó entre enero y marzo de 2016 en la cuna del yihadismo en Bélgica, en Vilvoorde. Asimismo, se investiga si el Audi A3 que conducían los terroristas estuvo en Francia en los días previos al atentado ya que se ha conocido que pudo ser fotografiado por la cámara de un radar en París al circular a una velocidad excesiva.

Estos datos indican que el imán no se encuentra en la cúspide del croquis del terror. Abdel Baki Essati, por tanto, ejercía un papel clave en la estrategia, pero no el principal. Él se encargó de reclutar a jóvenes de Ripoll, que estaban totalmente integrados en la sociedad catalana y que, incluso, como el caso de Moussa Oukabir, había jugado al fútbol sala en las categorías inferiores del club local durante varios años y coqueteaba con jóvenes españolas a las que los yihadistas llaman "cruzadas" en sus textos propagandísticos. Él les radicalizó también en apenas unos meses, haciéndoles llegar ideas y consignas para invitarles a hacer la yihad junto a él.

Otro dato que manejan los investigadores sobre el imán de Ripoll es que se trataba de "un simple camello, que trapicheaba", afirman sobre Abdel Baki Essati. Esto les sirve para apoyar su sospecha de que era un simple "dinamizador" del grupo de terroristas, pero nunca ideó las órdenes sobre cómo debían llevarse a cabo los atentados que planificaban.Se aislaron de amigos y familiares hace mes y medio

Otro aspecto que llama la atención a las Fuerzas de Seguridad es el hecho de que los yihadistas de Ripoll dejaran de acudir a la mezquita hace un mes y medio. A principios del pasado mes de julio se les dejó de ver por el local que antes sí frecuentaban, explican estas fuentes, un procedimiento calcado al que siguieron los terroristas de Charly Hebdo.

Es habitual, aseguran desde los servicios de Información, que los yihadistas se aíslen totalmente de su entorno: que no frecuenten los mismos lugares, que no cojan el teléfono, que no hablen con su familia (los hermanos Oukabir llevaban quince días sin hablar con sus padres, según ha reconocido su progenitor). Es, por tanto, un procedimiento estándar entre yihadistas que van a atentar el romper todos los lazos con amistades y familiares, como así ha vuelto a ocurrir en Cataluña.

Un dato que también llama la atención es que el joven Moussa Oukabir, cuyo número de teléfono es 6028169XX, ni siquiera cuente con las redes habituales de comunicación entre los chavales de su edad, como WhatsApp o Telegram. Eliminó todas estas aplicaciones en su día.

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