¿Qué significa que Grecia reestructure su deuda?

  • Después de que Portugal haya cerrado las condiciones de su rescate, Grecia sigue estando en el punto de mira del mercado. Aunque el Gobierno heleno, el FMI y Europa han negado que el país tenga que reestructurar su deuda, el mercado lo da por hecho. Pero, realmente, ¿qué implica este proceso?
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Ana P. Alarcos

Hace un año que Europa y el FMI dieron luz verde al rescate económico de Grecia, el primero de los tres que se han producido hasta la fecha en el seno de la Unión Europea.

Sin embargo, doce meses después, parece que la inyección de 110.000 millones de euros no ha cumplido su cometido. Aunque el Gobierno heleno, Europa y el FMI han unido sus voces para negar que Grecia necesite reestructurar su deuda, el mercado lleva semanas dando por hecho que esta situación se va a producir tarde o temprano. Y muchos expertos creen que este escenario es prácticamente inevitable.

"El mercado está descontando claramente que Grecia va a tener que reestructurar su deuda. De hecho, esta tesis explica por que la rentabilidad de los bonos helenos a dos y cinco años es superior a la de los bonos a diez años, cuando suele ser al contrario: a mayor plazo, mayor interés. Esto significa que los inversores creen que la posibilidad de que Grecia haga frente a sus deudas a corto plazo es muy remota", explica José Luis Martínez Lázaro, economista de IE Business School.

A pesar de la ayuda internacional, Grecia sigue teniendo muchos problemas económicos. El país cerró 2010 con un déficit público del 10,5% del Producto Interior Bruto (PIB), mientras que su deuda se disparó hasta el 142,8%, según los datos de Eurostat.

Además, la rentabilidad de sus bonos cotiza en unos niveles casi insostenibles. En concreto, el interés de sus bonos a dos años alcanza el 24% (los españoles están en el 3,2%), mientras que los de cinco años marcan el 16,25% (frente a nuestro 4,4%) y los de diez años, el 15,25% (el nacional, en cambio, ronda el 5,2%).

"La situación de Grecia es mala y confusa, y sus problemas son profundos. Está claro que no tiene capacidad para generar ingresos y, como su economía no crece, es muy posible que tenga que reestructurar su deuda", afirma José Luis Álvarez, Director del departamento de economía de la Universidad de Navarra.

La reestructuración se produce cuando un país no puede hacer frente a los pagos (vencimientos) que tiene. Los estados suelen acudir al mercado para vender deuda, principalmente letras y bonos, y obtener así financiación.

Sin embargo, los elevados intereses que exigen los inversores por comprar la deuda de un país peligroso, como Grecia, le impiden solucionar sus problemas. De hecho, los agravan, porque siguen incrementando su endeudamiento.

Si esta situación se prolonga en el tiempo, el país no podrá captar dinero para pagar sus deudas y no le quedará otra opción más que negociar con sus acreedores un cambio las condiciones de su acuerdo, lo que en el mercado se denomina reestructuración. Y esta solución se puede llevar a cabo a través de varias vías.

Una de las más sencillas es alargar los plazos en los que debe pagar el préstamo principal o los intereses (se pactó un 5%). Es decir, pagarlos en cuatro años, en vez de en dos. Si esta vía no es suficiente, el país también puede pedir a sus acreedores un "período de gracia".

Esta tregua consiste, básicamente, en no pagar parte de la deuda durante un tiempo. Por ejemplo, no pagar la deuda principal y sí los intereses, o al revés. En ambos casos, según los expertos, lo lógico es que no aumenten los intereses a pagar ni la cantidad, ya que lo que se busca es facilitar el pago al país endeudado.

Pero, por si estas fórmulas siguen siendo insuficientes, aún queda otro recurso: la denominada quita de la deuda. Sin duda, es la solución más traumática de todas, y el ejemplo más claro lo vivió Argentina en 2005. 

Como dice Beatriz Tejero, responsable de estrategia de Banco Sabadell, "el peor escenario posible es que se produzca una quita de la deuda. Esto supone que, si tiene que devolver 100 euros, sólo tenga dinero suficiente como para pagar 90 euros y los inversores se tengan que olvidar de los otros 10 euros".

Precisamente esta opción es la que siembra la punto discordia entre el mercado y el trío Grecia, Europa y el FMI. De hecho, el Gobierno heleno apuesta por ampliar los plazos de devolución de su deuda o reducir los intereses.

Si se produce una quita, que el mercado ha llegado a cifrar hasta en un 60%, los más perjudicados serán los bancos alemanes y franceses,los principales acreedores del país. De hecho, dos terceras partes de la deuda pública helena están en manos extranjeras, con los dos países europeos a la cabeza.

Sin embargo, como asegura Marián Fernández, responsable de estrategia de Inversis Banco, "aunque está claro que Grecia necesita cambiar las condiciones de su rescate, no creo que Europa vaya a apostar de primeras por la quita. Es una opción muy drástica y, por eso, intentará solucionar el problema por otras vías. Si sus intentos fallan, tendrá que dar una nueva vuelta de tuerca al escenario y ahí entraría en juego la quita. Con todo, no parece que sea una solución inminente".

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