Florentino se queda sin conejos en la chistera: le falla hasta la autocartera

  • Al presidente de ACS, Florentino Pérez, se le acumulan los problemas. Acaba de cerrar su primer trimestre sin mejora del beneficio por la ausencia de extraordinarios, estudia emitir bonos convertibles por primera vez para ampliar sus vías de financiación y la autocartera le juega una mala pasada este año. De momento pierde casi más de 11 millones de euros.
Enrique Utrera

La crisis económica y crediticia está dejando una primera mitad de ejercicio atípica en la primera constructora española por facturación y por beneficios. El grupo ha cambiado las constantes vitales a las que había acostumbrado a los accionistas en los últimos ejercicios. Los beneficios han caído un 77,3% en el primer trimestre, no ha habido ingresos extraordinarios, el grupo emitirá bonos por un importe de hasta 1.500 millones y, de momento, ha pinchado en hueso en la compra de acciones propias durante 2010.

Por lo tanto, la chistera de Florentino Pérez ha dejado de producir conejos en forma de buenas noticias. Descontado el impacto que en los tres primeros meses del año pasado produjo la venta de su participación en Unión Fenosa, el beneficio neto hasta marzo de 2010 se ha quedado en 297 millones de euros. Es un 77,3% más bajo, aunque la cifra de negocio del grupo ha crecido el 1,5% y el ebitda –beneficio operativo- un 2,4%.

La cuestión es si el grupo será capaz de generar resultados extraordinarios a partir de ahora. La venta de su división de puertos, Dragados SPL, sigue parada por las dificultades de los potenciales compradores para financiar la operación, valorada en unos 1.500 millones de euros. También podría vender una parte de su paquete en Abertis, en torno al 10%. El problema es que es una operación en que la que ACS tendría que ir de la mano de La Caixa y, sobre todo, que el precio que exige Pérez es muy superior a la de la concesionaria en bolsa.

Desde que ACS se fusionó con Dragados, todos los años se ha garantizado la financiación del grupo con la venta de participaciones estratégicas. En 2009, vendió el 35,3% de Fenosa con unas plusvalías superiores a los 1.400 millones. El año anterior, también enajenó un 10% de la eléctrica gallega, la empresa de aeropuertos DCA y varias autopistas chilenas, con una ganancia de 1.025 millones. Un año antes, la desinversión en Continental Auto, Soluziona y otros paquetes menores le supuso una plusvalías de 540 millones. Y en 2006, ACS se embolsó 510 millones por la venta de su participación en Urbis.

La escasa visibilidad de nuevas desinversiones ha obligado a ACS a recurrir al mercado de bonos, en el que la constructora no se ha estrenado todavía. El grupo prevé emitir antes de final de año hasta 1.500 millones de euros en bonos convertibles en acciones, dirigidos al mercado minorista. La operación abrirá una nueva vía de financiación para el grupo, necesitado de aire fresco –la deuda neta se situó en 9.271 millones de euros al cierre del año pasado- y a la expectativa en Iberdrola, donde mantiene su intención de alcanzar el 20%. Este porcentaje le permitiría consolidar esta participación en sus cuentas.

La más que previsible emisión de bonos –el mercado descuenta que serán convertibles en acciones- por un importe entre 750 y 1.500 tiene un impacto directo sobre la autocartera del grupo, que actualmente se sitúa en el 4,2%. Por primera vez en los últimos años, ACS no amortizará la autocartera acumulada. La razón de que no haya pedido permiso a la junta general de accionistas para realizar esta operación es que el grupo se reserva las acciones para atender el previsible canje de bonos por títulos. El grupo tiene margen para elevar su autocartera hasta el 10%.

De momento, la compra de acciones propias en 2010 le está jugando una mala pasada a Florentino Pérez, posiblemente el empresario más hábil del país a la hora de aprovechar las subidas y bajadas de las acciones. Este año, ACS ha adquirido 3,37 millones de acciones –el 1,07% del capital- por 115,7 millones de euros a un precio medio de 34,28 euros. La constructora cerró ayer a 30,91 euros, por lo que la pérdida provisional supera los 11 millones de euros. Nada que ver con los 14,24 millones de plusvalía que se anotó en 2009.

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