El Ministerio de Trabajo entregará hoy a las patronales empresariales -CEOE y Cepyme- y a los dos sindicatos mayoritarios -UGT y CCOO- un nuevo borrador sobre la propuesta de reforma laboral que está debatiéndose.
Este documento, que tiene como esqueleto la propuesta presentada por el presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, el pasado 5 de febrero, tiene como principal reto desatascar las negociaciones en el espinoso punto de las indemnizaciones por despido.
Según ha ido publicando lainformacion.com, durante estos dos meses de negociaciones sobre ese primer borrador, patronal y sindicatos han conseguido acercar posturas a cambio de dejar de lado el polémico punto de abaratar el despido.
Éste formato también ha recibido el apoyo público de alguna organización empresarial, como la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE), que ha aprovechado algunos foros para salir en respaldo de este modelo.
A grandes rasgos, el modelo austríaco consiste en que las empresas creen un fondo para cada empleado, al que se van aportandando cantidades de su salario bruto, y éste lo percibe cuando es despedido, además del paro, o al jubilarse, como complemento a su pensión.
Este esquema libera a las empresas la losa de las indemnizaciones por despido y, en principio, garantiza los derechos de los empleados, al habérseles ido devengando un dinero que perciben al prescindirse de ellos. Además, en el supuesto de que no se haya agotado todo el fondo cuando es contratado por otra compañía, el excendente se suma a las aportaciones que perciba con su nuevo puesto de trabajo.
Cautela de todas las partes
Aunque, en principio, este modelo parece satisfacer a todas las partes, éstas también piden cautela antes de lanzar las campanas al vuelo, entre otros motivos, porque en el supuesto de que se llegara a un acuerdo, todavía se deben definir los detalles, como por ejemplo, las aportaciones concretas al fondo de cada trabajador.
Además, este contrato es sólo una de las fórmulas que están sobre la mesa de negociaciones y entre las que también destaca la fórmula alemana, que permite una mayor flexibiliad ante caídas de la demanda. Este tipo de contrato contempla una suspensión de empleo por un tiempo definido, durante el cual, la compañía paga el 10% del salario y el Estado el resto, a cambio de que los trabajadores realicen cursos de reciclaje.
Estos dos formatos podrían dejar fuera de juego al contrato de fomento de empleo, que contempla una indemnización de 33 días por año trabajado, frente a la generalizada de 45 días, y que ya existe en España para algunos supuestos.
Durante las negociaciones para reformar el mercado laboral, se había barajado la posibilidad de ampliar esta fórmula a todos los trabajores, una opción que carece del respaldo de los sindicatos, quienes tampoco están dispuestos a aceptar una rebaja de las cotizaciones por parte de las compañías. El Gobierno también se ha cerrado ante esta reclamación de las patronales, por la merma de ingresos que supondría para el Estado.
A partir del borrador que presentará hoy Trabajo, sindicatos y patronal tienen poco más de dos semanas para ponerse de acuerdo si quieren cumplir con el plazo dado por el Ejecutivo, cuyo deseo es tener cerrado un acuerdo antes de terminal abril. En el supuesto de que éste sea imposible, el presidente José Luís Rodríguez Zapatero está dispuesto a llevarlo a imponer un nuevo marco en junio.
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