La compra de las aeronaves fabricadas por empresa de automovilismo y aviación sueca Saab consumió una década de negociaciones y será pagada a 25 años, con ocho de gracia. El costo específico de las aeronaves Gripen ronda los 4.697 millones de dólares al tipo de cambio actual (39.882 millones de coronas suecas, según el contrato), a los que se le suman otros 245,3 millones para adquirir el armamento que requieren en el mercado.
Brasil recibirá la primera aeronave en 2019 y la última en 2024, en virtud de un acuerdo que incluye varios capítulos ligados a la transferencia de tecnología. De los 36 aviones, 15 se fabricarán en suelo brasileño.
El capítulo financiero de la operación anunciada en 2013 y hecha efectiva en julio pasado, fue formalizado el martes en la embajada brasileña en Londres y será regido por la ley inglesa. Hace algunas semanas Brasil renegoció la tasa del crédito de la SEK y consiguió reducirla a 2,19% (tasa comercial CIRR, usada en países de la OCDE) en lugar de 2,54%, como constaba en el contrato original.
Según una nota divulgada por el Ministerio de Defensa, el crédito otorgado por la SEK (Swedish Export Credit Corporation) cubrirá el 100% del contrato comercial, sin necesidad de pagar un adelanto. Un asesor de esa cartera dijo el miércoles a la AFP que "el precio definitivo dependerá de la cotización de la corona sueca en el momento en que se terminen de hacer los pagos".
La Fuerza Aérea Brasileña espera que los Gripen suecos atiendan sus necesidades operacionales de los próximos 30 años, según señaló durante la negociación.
Brasil eligió este modelo por sobre los Rafale del fabricante francés Dassault y el F/A-18 Super Hornet estadounidense de Boeing, y ahora apuesta a que la transferencia de tecnología que prevé la operación le permita convertirse en un proveedor de cazas de combate de última generación.
Como parte de los programas de entrenamiento más de 350 brasileños, en su mayoría ingenieros, viajarán a Suecia.
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