La semana arrancó con fuerza y con una buena noticia para los mercados: la canciller alemana, Angela Merkel, está ultimando un macro plan de recorte para devolver la estabilidad a la economía germana, el mayor que al que se ha expuesto el país desde la Segunda Guerra Mundial.
El objetivo de la locomotora europea es ahorrar 80.000 millones de euros anuales hasta 2014, a través de un paquete de medidas que contempla, entre otras cosas, recortes presupuestarios (enfocados en su gran mayoría a la reducción del gasto social), la reducción de los subsidios a los desempleados de larga duración y la subida de impuestos, algo a lo que Merkel se ha opuesto durante mucho tiempo.
El plan de ajuste germano equivale al 3,9% de la economía del país, una cifra que duplica al recorte de Italia (de 24.000 millones, que representan el 1,57% del PIB), pero que está por debajo de los de España (que reducirá 50.000 millones, el 4,75% del PIB) y Grecia (que reducirá 30.000 millones, el 12% del PIB).
Otro país que también apovechó el lunes para hacer público que ampliará sus ajustes fue Reino Unido. De hecho, el recién nombrado primer ministro, David Cameron, anunció que el déficit público del país es "peor de lo esperado", por lo que los británicos tendrán que hacer frente a unas medidas "inevitablemente duras".
El plan que va a poner en marcha Cameron estará centrado en recortar servicios públicos, aunque el primer ministro optó por no entrar en detalles. Sólo anunció que estarán listos el próximo 22 de junio, fecha en la que se presentará un presupuesto de emergencia.
Al día siguiente, la agencia de calificación Fitch salió a defender la decisión de Reino Unido, a la que calificó de "desafío fiscal formidable". Según el organismo, los planes de ajuste que había presentado el país hasta ahora no eran lo suficientemente ambiciosos como para asegurarse la triple A (la calificación que le otorga la agencia), aunque con estas medidas para establecer la consolidación fiscal, Reino Unido, al menos, ha ganado tiempo.
Mientras tanto, el Eurogrupoha aprovechado para meter presión a España. A pesar de que Bruselas reconoce que el programa de reformas del Gobierno es válido a corto plazo, le pide que culmine la reforma laboral y de las pensiones cuanto antes. De hecho, Jean-Claude Yunker, el presidente del Eurogrupo, ha sido muy explícito: España tendrá que acometer "medidas estructurales más allá del año 2011".
Sin embargo, la ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, afirmó poco después que Bruselas no ha presionado a España, sino que ha sido el propio Ejecutivo quien se ha ofrecido a ampliar los recortes.
Además, Salgado aseguró que, de momento, España no necesita medidas adicionales, porque "las reformas que están sobre la mesa ya son muy importantes". Según la vicepresidenta del Gobierno, "España está haciendo los deberes", aunque no descarta ampliar las medidas de ajuste si fuera necesario.
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