Los beneficios que obtiene Iberdrola en sus filiales de Bolivia fueron de 6 millones de euros en 2011. Eso supone algo más del 0,2% de los beneficios globales de Iberdrola, que fueron de 2.780 millones de euros. "Es un negocio pequeñito", dijo una fuente vinculada al sector eléctrico español.
El sábado, el presidente de Bolivia Evo Morales decretó la nacionalización de cuatro compañías en las que participaba Iberdrola. Se trata dedos distribuidoras de electricidad que están situadas en las regiones de La Paz y Oruro. También incluye una empresa de servicios y una gestora de inversiones.
"Nos hemos visto obligados a tomar esta medida para que las tarifas de servicio eléctrico sean equitativas en el departamento de La Paz y Oruro y la calidad de servicio eléctrico sea uniforme en el área rural y urbana", afirmó Morales.
Ahora se abre un plazo de 180 días en el cual Bolivia tiene que establecer un precio a la expropiación. Los expertos hablan de unos 100 millones de dólares (unos 75 millones de euros).
Pero Iberdrola no es la única empresa expropiada. La compañía española operaba en el país a través de un holding llamado Iberbolivia de Inversiones (una sociedad instrumental). Iberdrola tiene el 64%, y el resto lo tienen empresas norteamericanas como General Electric.
"El gran problema de esos países es la falta de infraestructuras eléctricas", dijo una fuente del dector a lainformacion.com. "No hay luz en muchas zonas. Tienen serios problemas de generación y de distribución de energía". El el caso de Bolivia, el gobierno se ha apoyado en las mismas razones que Argentina para justificar la nacionalización: recuperar los recursos naturales.
Algunos expertos califican estas medidas de populismo. Este mismo año, eligiendo la emblemática fecha del 1 de mayo, Morales nacionalizó la distribución de energía eléctrica que estaba en manos de la española Red Eléctrica, alegando que no invertía lo suficiente. En 16 años apenas han invertido 81 millones de dólares", dijo Morales en la ocasión.
El 1 de mayo de 2006, Morales hizo el mismo movimiento. Nacionalizó los hidrocarburos, y obligó a Repsol YPF entregar la producción a la petrolera estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos. En todos los casos, el ejército tomó las instalaciones y grupos de trabajadores hicieron ondear la bandera nacional. En aquella ocasión, una fuente española vinculada a Repsol YPF reconoció que la empresa española disfrutaba de unos privilegios de explotación que recordaban la era colonial.
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