Éste es el plan que tiene el BCE para ayudar a España

  • La autoridad monetaria se enfrenta mañana a una reunión crucial de la que podría nacer un programa de compra de deuda. Esta estrategia, que reduciría la presión sobre España en el mercado, tiene un inconveniente: debe contar con la aprobación de Alemania. Éste es el guión de la institución para echar una mano a Rajoy sin enfadar a Merkel.

El BCE afronta un momento crucial por el plan de compra de bonos
El BCE afronta un momento crucial por el plan de compra de bonos
A.P.A.

El tiempo de la eurozona se agota. La epidemia de la crisis de deuda cada vez está más extendida y el Banco Central Europeo sabe que ya no le quedan medidas convencionales para frenar el contagio.

Pero Mario Draghi, el presidente de la institución, todavía tiene en su mano la medicina que puede dar oxígeno al euro y ser el principio de la cura que necesita. Se trata de la compra de deuda soberana, una maniobra extraordinaria que ha dividido a los países de la Unión Monetaria en defensores (como España) y detractores (Alemania).

Este último órdago podría concretarse mañana en la reunión mensual que celebra el organismo y lleva meses siendo uno de los principales reclamos del mercado. ¿El motivo? A pesar de que los países de la periferia han aprobado duros ajustes, la presión sobre sus bonos sigue siendo elevada. El interés de la deuda española a diez años, por ejemplo, sigue por encima del 6,6%, mientras que el italiano ronda el 5,6%.

"Hablamos de una rentabilidades que no se sostienen en el tiempo, que no justifican los fundamentales de estas economías y que responden a la percepción que tienen los inversores de un riesgo irracional", confiesan fuentes de mercado. Por eso, los expertos están convencidos de que la autoridad monetaria mañana debería dar detalles sobre un programa de compra de bonos.

El propio Draghi ha confesado esta semana que está dispuesto a tomar esta medida para evitar la ruptura de la zona del euro, aunque sabe que necesita la aprobación de Alemania. ¿Y cómo convencer a la locomotora de Europa? Con un guión bien argumentado.

El mandatario italiano allanó el terreno el lunes en el Parlamento Europeo, donde desveló que su plan para salvar el euro pasa por comprar deuda de los países a un plazo máximo de tres años, justo el límite que entra dentro de sus competencias.

La canciller germana, Angela Merkel, y su equipo de Gobierno han insistido varias veces en que el Banco Central Europeo no puede excederse de sus dominios. Algo que no sucedería si el organismo compra deuda hasta tres años.

"Su discurso en el Parlamento ha sido contundente: es una ayuda temporal que puede poner en marcha porque está dentro de sus capacidades, por muy escépticos que sean los alemanes", resalta Ángel Olea, director de inversiones de Abante Asesores.

Pero, por si este primer argumento no fuera suficiente, Draghi tiene un as en la manga. Puede imponer una condición a los países que quieran beneficiarse de este programa especial: deben pedir ayuda de forma oficial.

"La compra de deuda no va a ser automática. Tendrá contrapartidas de todo tipo, pueden ser macroeconómicas o fiscales… Es decir, podría derivar en unos ajustes obligados", detalla José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe de Citigroup en España.

Una postura con la que coincide el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, quien ha pedido a Draghi que ayude solo a quienes pongan fin a las políticas irresponsables.

Esto significa que si, por ejemplo, España quisiera acogerse a la compra de deuda debería solicitar asistencia de manera oficial al famoso fondo de rescate europeo y atenerse a nuevos ajustes, como la rebaja de las pensiones.

"Si un país pide algún tipo de ayuda, se someterá a una vigilancia. Es decir, le obligarán a cumplir con una hoja de ruta marcada por Bruselas", opina Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG Markets.

De esta manera, se consiguen dos cosas de manera simultánea: frenar el castigo que sufren en el mercado los Estados europeos en problemas y fijar un paquete de ajustes para que éstos puedan cumplir con los compromisos de Bruselas, la gran preocupación de Alemania.

Si el Banco Central Europeo decide intervenir se acabará la sequía de 25 semanas consecutivas en las que no ha comprado deuda en el mercado secundario, un parón que ha puesto contra las cuerdas a la eurozona y que impide que la política monetaria llegue a los países.

"Las bajadas de los tipos de interés que ha anunciado Draghi durante sus diez meses de mandato (noviembre, diciembre y julio) no se han trasladado de la misma manera a los estados", cree Tomás García-Purriños, analista de Cortal Consors, el bróker online de BNP Paribas.

Prueba de ello es que Alemania se está financiando a unos intereses inferiores a la inflación (su deuda cotiza a un 1,4%, frente al 2,4% que marcó el IPC en julio), mientras que España está pagando entre un 6,5% y un 7%. Unas diferencias abismales que no deberían existir.

"Creo que las rebajas del precio del dinero (actualmente en el 0,75%) solo han beneficiado a los países más fuertes de Europa, y no a los periféricos, que son quienes necesitan aire. Para que el efecto sea similar primero tienen que estrecharse esas diferencias entre las rentabilidades o, lo que es lo mismo, la prima de riesgo", puntualiza el experto.

¿Y cómo se puede conseguir eso? Comprando deuda, algo que reduciría el riesgo de los países en problemas y restaría atractivo a los estados seguros, ya que pagan unos intereses más bajos . "Por eso es importante que Draghi tome este camino y más, cuando sabe que ya se le han agotado las medidas de política monetaria ordinarias", concluye.

Ya han pasado 25 semanas desde que el Banco Central Europeo dejó de intervenir en el mercado y parece que expertos y bolsas han adelantado el fin de la sequía. Un futuro que solo Draghi puede escribir.

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