SOS del mayor grupo alimentario español

  • Las ofertas que están surgiendo alrededor de SOS Cuétara persiguen objetivos muy distintos. En función de quién termine haciéndose con el triunfo, la empresa puede terminar troceada o en manos de inversores extranjeros. Las cajas tienen la última palabra.
Ruth Ugalde

Los cuchillos están en alto y dispuestos a cortar la parte que puedan del pastel de SOS Cuétara, el mayor grupo alimentario español, cuya agónica situación financiera ha abierto la puerta a todo tipo de compradores, interesados en aprovechar las rebajas. En función de quién termine alzándose con el triunfo, la empresa puede terminar troceada, en manos de inversores extranjeros o continuar como está actualmente, pero con nuevos socios.

Todas las opciones que están sobre la mesa tienen sus pros y sus contra y afectan de diferente manera según donde se ponga el foco: accionistas, empleados o proveedores. Y en medio de este cruce de intereses están las cajas -Unicaja, Caja Madrid, Cajasol, Caja Granada y CajaSur-, dueñas del 34% del capital, que deberán poner en una balanza el interés economico y el social que tiene cada una de las propuestas.


Aquí están las ofertas más significativas:

Ibersuizas y la familia Sos: La firma de capital riesgo ha unido fuerzas con Vicente y Eduardo SOS para presentar unaoferta por la división arroceradel grupo alimentario, que ha sido sacada a subasta y por la cual se han recibido 40 propuestas. Ibersuizas, según fuentes financieras, está dispuesta a pagar entre 150 y 200 millones de euros por una actividad que factura 297 millones y cuyo principal mercado es Estados Unidos, donde se obtiene el 55% de las ventas. España representa el 20% de esta actividad, mientras que Holanda aporta otro 8%, y la suma del Norte de África y Oriente Medio, el otro 17%. La firma se ha comprometido a mantener el empleo de SOS y acude a la puja a través del fondo Capital Fund II, dotado con 330 millones.

Ebro: el gigante español del arroz quiere aprovechar la venta de SOS para consolidar todavía más su posición de liderazgo, ya que esta operación le permitiría hacerse con cerca del 35% del mercado. De hecho, la compañía ha cargado tintas al haberse desprendido de su división láctea, Puleva, que se la ha vendido a Lactalis por 630 millones de euros. Una inyección de liquidez que le coloca en una posición envidiable de cara a la puja abierta por su rival. En su contra juega la investigación abierta por Competencia sobre ambas empresas por un presunto caso de pacto de precios. Este proceso puede retrasarse 18 meses y obligar a incluir claúsulas en los acuerdos de venta de SOS.

Nueva Rumasa: la empresa de José María Ruíz Mateos fue la primera en abrir fuego sobre SOS Cuétara el pasado mes de diciembre, cuando presentó su primera oferta por el grupo alimentario. Entonces, puso sobre la mesa 1,5 euros por acción, que preveía pagar durante diez años, con una rentabilidad anual del 1% y con el objetivo de adquirir el 29% del capital. Por aquel entonces, la empresa cotizaba en bolsa a 1,85 euros por título y la propuesta fracasó. Lejos de amilanarse, el empresario jerezano volvió a la carga el pasado 3 de febrero, con una oferta de tres euros por acción, también limitada a hacerse con un máximo del 29% del capital. Además, Nueva Rumasa se ha comprometido a mantener todos los puestos de trabajo en España y los contratos de suministro con los olivareros españoles. En total, su propuesta supone un desembolso aproximado de 130 millones de euros y su objetivo es mantener el 100% de la empresa.

Cambium: La sociedad de José Arozamena, antiguo dueño de La Casera, ha sido la última en entrar en liza. La empresa estudia inyectar 300 millones en SOS Cuétara, con la condición de que previamente reestructure su deuda y las participaciones preferentes que emitió. El grupo alimentario aspira a reducir a la mitad los números rojos por importe de 1.100 millones de euros que arrastra, mediante la venta de activos. La propuesta de Cambium, sumada a los 91 millones que acaba de obtener el grupo con la venta de los olivares porgueses del Proyecto Tierra, supondrían una inyección de casi 400 millones. Sin embargo, el peaje que pagaría a cambio sería la entrada del capital riesgo en su accionariado, cuyo carácter marcadamente financiero hace difícil imaginar algún tipo de compromiso con el empleo o los proveedores.

En medio de esta guerra de ofertas, el valor de la acción en bolsa se ha disparado un 48%, desde los 1,85 euros en que cotizaba cuando irrumpió Ruíz Mateos, hasta los 2,75 euros en que cerró ayer, después de dispararse un 14,61% con la noticia de la irrupción de Arozamena. Sin embargo, todas las ofertas que se están poniendo sobre la mesa dejan fuera de juego al accionista minoritario, ya que descartan lanzar una opa. En esta ocasión, quiénes se van a llevar la prima son las cajas de ahorros.

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