Carrefour revive la crisis de Walmart: se hunde en bolsa y asume su fracaso digital

  • La compañía de hipermercados vive su jornada más negra en el parqué, con un desplome del 13%, tras recortar su previsión de ventas.
Hipermercado de Carrefour.
Hipermercado de Carrefour.

Al otro lado del Atlántico, pero idéntica crisis. Carrefour está viviendo los mismos desafíos que el gigante estadounidense Walmart: declive de un modelo de negocio, el de los hipermercados (que no logra adaptarse al siglo XXI), una estrategia online fallida y la presencia de un competidor digital que se lo lleva todo. No sólo eso, ese rival, Amazon, se atreve también a comprar tiendas físicas (acaba de adquirir la cadena Whole Foods) porque tiene capacidad financiera para hacerlo.

El gigante francés Carrefour ha asumido esa tormenta perfecta tras presentar unos resultados semestrales que han decepcionado a los inversores. “Nos enfrentamos a un número de retos que están bien identificados. Carrefour necesita acelerar la transformación digital. También tiene que inyectar nueva vida a sus hipermercados, sobre todo en Francia. Tenemos que aumentar nuestra rentabilidad y la generación de caja, simplificar la organización y llegar a las expectativas del mercado”, aseguró ayer su consejero delegado, Alexandre Bompard. No pudo ser más claro en el diagnóstico, pese a que sólo lleva en el cargo desde el mes de julio.

El primer efecto, el desplome en bolsa. Una jornada negra. Carrefour perdió el 13,13% de su valor, en su mayor caída en una sola jornada. El mayor grupo de distribución alimentaria de Europa vale en el parqué parisino, tras este desplome, 12.930 millones de euros. Como comparación, es sólo cuatro veces más que lo que cuestan todas las acciones de Dia, que fue su filial hasta hace sólo seis años. Carrefour es 30 veces más pequeña en bolsa que Amazon. La capitalización del gigante online estadounidense supera los 395.000 millones de euros.‘Profit warning’

El grupo francés sufre en bolsa porque sus resultados en la primera mitad de 2017 no son buenos. Su beneficio ha caído un 12% en la primera mitad del año (ha ganado 621 millones de euros) y asume que, al cierre del ejercicio, puede caer en la misma medida. Sus ventas, en cambio, crecen, pero no logra transformarlas en beneficio como antaño. Entre enero y junio, sus ingresos repuntaron un 6,2% (43.053 millones de euros). “El nuevo equipo directivo de Carrefour está completamente centrado en mejorar la evolución del grupo y adaptarse a los cambios de gran alcance que está atravesando la industria”, reconoció ayer la compañía.

Va a ganar menos y, también, recorta su previsión de ingresos, que crecerán entre un 2% y un 4% en el conjunto del ejercicio, cuando hace tres meses pensaba que podía crecer hasta un 5%. Simplemente asume que la segunda mitad del año va a seguir siendo “difícil” en algunos mercados. Y, encima, va a apretarse el cinturón porque rebaja sus inversiones, de 2.400 millones de euros a 2.200 o, como mucho, 2.300. Adelgaza el gasto porque su deuda está creciendo. En estos seis meses se ha incrementado casi un 4,8% y llega a 7.720 millones.

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El problema, fundamental, lo tiene en Francia. Su país de origen le aporta el 45% de sus ingresos y su evolución está estancada. Carrefour lo justifica por la fuerte competencia, que le ha llevado a acelerar las promociones y dañar sus márgenes. También sufre en Argentina, pero es un mercado menos relevante para su perímetro.España, a su ritmo

En España, en cambio, le va bien. La filial ha aumentado en un 6,9% sus ingresos semestrales (hasta 4,413 millones de euros) y, entre abril y junio, va aún más deprisa, crece un 9,4% (2.302 millones). Ingresa más, en parte, gracias a los 36 hipermercados que le compró a Eroski en 2016 por algo más de 200 millones de euros. Aquí ha ganado tamaño y, además, está diversificada en formatos. En los últimos años ha acelerado la apuesta por supermercados más pequeños, en centro de ciudad, y por nuevos formatos. Por ejemplo, en Madrid ha abierto un ‘super’ donde sólo vende productos biológicos.

El gigante francés no es único que asume que el negocio online no le va. El presidente de Mercadona, Juan Roig, reconoció esta primavera que su “página web es una mierda. Es decimonónica”, dijo, sin ambages, durante la presentación de resultados de 2016. Un año antes, ya admitió que la página web le suponía unos números rojos de entre 30 y 40 millones de euros y que estaba en marcha la transformación de sus ‘súper’ en la red. Lo compensa con la fuerza de sus tiendas físicas que están en plena renovación, lo que va a golpear su rentabilidad. En concreto, el beneficio de Mercadona va a encoger este año desde 636 a 200 millones.

Mientras, Amazon va a su ritmo. En España, distribuye de la mano de Dia, pero sólo en Madrid y Barcelona a través del servicio Prime Now. Ninguna de las dos empresas ha desvelado cómo les va económicamente con esta alianza. En la transformación de los 'súper' al mundo online, nadie ha sabido dar con con la tecla adecuada. A los distribuidores físicos, con una estructura de costes pensada para vender en tienda, con márgenes muy pequeños, llevar los productos a cada domicilio les supone un roto y aún no han descubierto cómo arreglarlo.

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