Cataluña, en el punto de mira: de las dudas de Hacienda a un programa web

La tensión entre el Ejecutivo central y el Govern a costa de los Fondos de Liquidez Autonómica no deja de crecer. El último caballo de batalla ha sido el requerimiento del Gobierno a la interventora general de la Generalitat, Rosa Vidal Planella, en el que advertía de que podía incurrir en responsabilidades hasta penales si no explicaba a qué obedecía el desvío de 6.150 euros del presupuesto y si esa partida estaba vinculada a la celebración de un referéndum de independencia.

La Generalitat ha contestado que esta suma corresponde al mantenimiento ordinario del Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información de la Generalitat (CTTI). En concreto, se trata de un montante destinado al mantenimiento de un sistema de gestión informática.

Fue precisamente este requerimiento el que llevó a la Comisión Delegada de Asuntos Económicos del Gobierno a aprobar el pasado viernes un acuerdo por el que condicionaba el pago a Cataluña de las partidas del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) a que la Generalitat le remita semanalmente una garantía de que no destina fondos a la organización del referéndum.

El Govern ha intentado restarle importancia en todo momento a esta 'intervención'. Así, el secretario de Hacienda de la Generalitat expresó ayer su convencimiento de que Moncloa no cortará el FLA porque está "absolutamente afectado por la estabilidad económica" de Cataluña. No obstante, no ha descartado buscar mecanismos de financiación alternativos. En este sentido, en los últimos meses se han sucedido reuniones con gestoras de activos y bancos de inversión. Todo para dejar el FLA y volver a los mercados.Al borde del bono basura

A pesar de los órdagos de la Generalitat, la puesta en marcha esta amenaza del Gobierno tendría consecuencias inmediatas y muy negativas para la consideración de Cataluña en los mercados. Las agencias de ráting han repetido en sus informes que la calificación crediticia de las emisiones catalanas estaba sometida al mantenimiento de las condiciones de financiación por parte del Estado y que la perspectiva negativa que acompaña dicha calificación se concretaría de perder ese respaldo. Los datos dicen que dos de cada tres euros que debe Cataluña se los adeuda a las arcas del Estado.

Por ello, Cataluña, cuya calificación crediticia se mueve desde hace meses en esa inquietante zona calificada como de bono basura, se arriesga a caer a un lugar aún más oscuro en la consideración de los mercados si termina perdiendo la financiación del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), que desde 2012 le ha permitido hacer frente a sus compromisos de pago con una inyección global de 67.000 millones de euros.

De hecho, Cataluña continúa requiriendo con urgencia la financiación estatal para evitar impagos. Según publica El Mundo, en las semanas previas al 1-O necesita recibir otros 1.760 millones. En lo que va de año, el FLA ha concedido préstamos al Ejecutivo independentista por valor de 3.547 millones, pero necesita otros 3.800 antes de final de año. Un primer adelanto se haría, según el citado diario, la semana que viene a más tardar para que el Govern pueda hacer frente a sus gastos.

En su defensa, la Generalitat no deja de recordar que está intervenida desde 2012 y que desde entonces facilitan la información financiera de forma mensual, algo que desde el viernes pasado, tras el acuerdo del Gobierno central, pasará a ser semanal.