Lo que no se va a tocar de la Constitución y por qué Rajoy nunca hará una consulta

  • El Gobierno descarta celebrar una consulta para reformar la Constitución por las experiencias de Italia, Reino Unido o Colombia.

    El PP, que tiene mayoría en el Senado para bloquear cualquier acuerdo, pone como líneas rojas la unidad nacional y la igualdad de los españoles. 

Rajoy advierte a Mas que hará "guardar" la Constitución y le pide no dejarse "arrastrar" por los acontecimientos
Rajoy advierte a Mas que hará "guardar" la Constitución y le pide no dejarse "arrastrar" por los acontecimientos

La reforma de la Constitución está en boca de todos durante este arranque de legislatura, pero el Gobierno se muestra cauteloso por varias razones. Lo que sí tiene claro Moncloa es que hace falta un consenso previo con la práctica totalidad de las fuerzas políticas y cuáles son las líneas rojas que no va a traspasar.

Lo primero que hay que tener en cuenta, como destacan desde el Gobierno, es que para reformar la Constitución hace falta el concurso del PP. Rajoy dispone de una mayoría suficiente en el Senado para bloquear cualquier acuerdo que les excluya, por lo que los populares tienen que ser parte activa en cualquier tipo de modificación.

El PP, en principio, no quiere participar en ninguna reforma constitucional a fondo. Considera que la Carta Magna goza de buena salud y que, de hecho, es el documento legal que ha proporcionado a los españoles el mayor periodo de estabilidad. No obstante, los populares sí que van a participar en las negociaciones que se lleven a cabo en el marco de una futura subcomisión, pendiente de creación.

Rajoy quiere el mayor consenso. Es decir, no le valdría con sumar únicamente a los tres partidos constitucionalistas -PP, PSOE y Ciudadanos-, sino que quiere también contar con Unidos Podemos, posibilidad bastante complicada a día de hoy. El Gobierno pretende, en definitiva, tener el más amplio consenso posible.

El Gobierno quiere evitar a toda costa, eso sí, la celebración de una consulta. "Las consultas las carga el diablo", aseguran desde el Ejecutivo. En Moncloa ven con distancia el resultado de los referéndums celebrados en Reino Unido, Colombia o el reciente de Italia.

Rajoy sabe de cerca lo que es sufrir una derrota en las urnas y tener que dimitir ya que David Cameron era uno de sus aliados en la UE. En este sentido el Gobierno prevé que será una reforma de algunos artículos esporádicos vía tramitación parlamentaria. Las líneas rojas de Rajoy

El Ejecutivo central sí que tiene unas líneas rojas a la hora de abordar la reforma de la Constitución. La principal es la unidad nacional. Es decir, nación solo hay una y eso es lo que va a defender el PP. Si alguien se opone que no cuenten con ellos. Este aspecto ha sido abordado en la reunión que Soraya Sáenz de Santamaría ha mantenido con Miquel Iceta, líder del PSC, en la delegación del Gobierno.

Otros aspectos que Moncloa se va a negar, siquiera, a negociar es la igualdad de todos los españoles. En este aspecto se incidirá en la Conferencia de Presidentes que hay prevista para enero.

El mantenimiento del Estado del bienestar, la permanencia en la Unión Europea y el cumplimiento de los compromisos adquiridos y los derechos fundamentales son otros aspectos que el PP no va a discutir.

El resto podría negociarse y acordarse. No obstante, lo que sí tienen claro en el Gobierno es que la reforma constitucional, si se hace, se hará durante el próximo curso político. Es decir, a partir de septiembre. No hay tiempo para desarrollarla antes.

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