Radiografía de la corrupción: se dispara la preocupación entre los votantes del PP

  • Hace un mes el 37,8% de los que eligieron la papeleta de Rajoy el 26-J aseguraron estar preocupados por este tema. En mayo esa cifra creció hasta superar el 52,7%. Casi quince puntos más.

    El barómetro del CIS se hizo los primeros días de mayo por lo que recoge la entrada en la cárcel de Ignacio González.

Ignacio González, segundo 'hombre fuerte' de Aguirre que entra en la cárcel acusado de corrupción
Ignacio González, segundo 'hombre fuerte' de Aguirre que entra en la cárcel acusado de corrupción
EUROPA PRESS

El caso Lezo empieza a pasar factura y tiene consecuencias electorales. El nivel de preocupación de la corrupción entre los españoles volvió a subir en mayo más de doce puntos hasta inquietar a más del 54% de la población. Ver a todo un expresidente de la Comunidad de Madrid en prisión lo merece. Por eso la indignación se ha disparado en todos los partidos políticos.

El barómetro del CIS se hizo los primeros días de mayo por lo que recoge la entrada en la cárcel de Ignacio González. Para saber el efecto de la dimisión de Moix como fiscal anticorrupción, la reprobación del ministro de Justicia, Rafael Catalá o el procesamiento de Pedro Antonio Sánchez habrá que esperar a la próxima encuesta. 

En especial se ha disparado entre los votantes del PP, donde más sube el interés por la corrupción y el fraude. Hace un mes el 37,8% de los que eligieron la papeleta de Rajoy el 26-J aseguraron estar preocupados por este tema. En mayo esa cifra creció hasta superar el 52,7%. Casi quince puntos más.

Caso a caso, los votantes de los demás partidos están aún más indignados por sucesos como el de la operación Lezo, 54,8% (PSOE), 58,2% (Ciudadanos) y 61,5% (Podemos). La preocupación por la corrupción aumenta también con respecto a abril entre votantes socialistas (+12,5) y entre votantes de Podemos (+11,1).

Siempre se ha dicho que los votantes de izquierda castigan más la corrupción en las urnas que los más conservadores. El CIS da la razón a este dicho popular. Así, los españoles que se sitúan ideológicamente en el 2 (en una escala de 1 a 10, de izquierda a derecha) son los que más indignados están con la corrupción (68,3%). Le siguen los que se autoubican en el 3 y en el 1. A los que menos les preocupa son los que se colocan en el 9 y en el 10 del ámbito ideológico (41,7 y 48%). Hay que tener en cuenta que en la actualidad los casos de corrupción que están hoy copando portadas afectan más al PP.Los hombres y de mediana edad, más preocupados

En cuanto a sexo y edad la corrupción preocupa más a los hombres que a las mujeres (57 frente a 51) mientras que los más escandalizados por el fraude son los que están entre los 45 y los 64 años. Tan solo hay dos bloques de edad que bajan del 50% en cuanto a preocupación por este tema, son los jóvenes (49,3% y los mayores de 65 (46,5%).

El nivel de estudios también refleja diferencias significativas en cuanto la percepción del segundo problema del país. A los que menos les concierne son los que no tienen estudios (40,3%). A los estudiantes de secundaria les afecta más (64,4%) que a los que tienen estudios superiores (61,2%).

Según la condición socioeconómica, los más preocupados son los empresarios (65,3%), seguidos de los profesionales y técnicos por cuenta ajena (62,4%) y los obreros cualificados (61,9%). La corrupción importa mucho menos a los jubilados (49%) y a los trabajadores domésticos no remunerados (41%). Parados y estudiantes tienen otras preocupaciones por encima de la corrupción.La clase alta y media, más concienciada

En cuanto a estatus social comprobamos también apreciables diferencias entre las percepciones del fraude y la corrupción. Los más preocupados son la clase alta-media alta, seguidas de las nuevas clases medias (59 y 57%). El impacto provocado por la corrupción disminuye según se va bajando de clase social. Así, entre los obreros no cualificados, el porcentaje de los que la consideran como un gran problema es del 46,6%.

Donde apenas hay diferencias es entre las grandes ciudades y los pequeños municipios. Los porcentajes superan el 50% en los pueblos de menos de 2,000 habitantes o en las grandes ciudades. Tan solo hay una excepción: los pueblos con entre 50,000 y 100,000 habitantes. Allí la corrupción preocupa al 46% de sus habitantes. 

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