Un paraguas, té con pastas, flores raras y otras formas de matar de los espías

  • La del hermanastro de Kim Jong Un se trataría de una ejecución al más puro estilo de la Guerra Fría.

    Todo apunta a que fue envenenado con alguna inyección por una o dos mujeres cuando estaba ante un mostrador del aeropuerto de Kuala Lumpur.

Un paraguas, té con pastas, flores exóticas y otras extrañas formas de matar (Foto: Joe Raedle/Getty Images)
Un paraguas, té con pastas, flores exóticas y otras extrañas formas de matar (Foto: Joe Raedle/Getty Images)
M.G.

La muerte por envenenamiento del hermanastro rebelde de Kim Jong Un, líder de Corea del Norte, ha traído a la actualidad algunos de los casos de asesinatos más extraños llevados a cabo supuestamente por agentes de inteligencia gubernamentales.

A la espera de conocer más detalles del deceso de Kim Jong Nam, todo apunta a que fue envenenado con alguna inyección por una o dos mujeres, a las que varias fuentes señalan el papel de operativos de Corea del Norte. 

Se trataría de una ejecución al más puro estilo de la Guerra Fría, cuando las distintas potencias se servían de los más extraños métodos para deshacerse de los enemigos. Aunque la moda de matar a los enemigos parece no perder vigencia en el presente siglo.El paraguas oscuro

Georgi Markov fue un escritor búlgaro, exiliado en Londres, que murió días después de que el 7 de septiembre de 1978 notara un pinchazo en el gemelo cuando esperaba el autobús en el puente de Waterloo, pinchazo que le propinó con el paraguas -aparentemente sin querer- un oscuro personaje que esperaba detrás de él.

Pero no era casualidad, ni un incidente sin importancia, ya que en la punta del paraguas se escondía una bolita minúscula que contenía ricino, un potente veneno que acabó con la vida de Markov horas después. El fallo en la desintegración de la bolita, que fue detectada por casualidad en la autopsia, ofreció la causa de la muerte, ordenada por quienes no querían escuchar más una voz incómoda.

Scotland Yard continúa investigando la muerte de Markov, que fue un opositor del entonces gobierno comunista de Bulgaria y trabajó para el Servicio de Radio de la BBC, entre otras organizaciones.

Murió en el hospital el 11 de septiembre de 1978, días después del pinchazo del paraguas, cuando tenía 49 años. La naturaleza del asesinato y su abierta crítica al régimen comunista búlgaro hizo sospechar siempre de la implicación de la KGB soviética o los servicios secretos búlgaros. 

Años después, al salir a la luz los archivos de la Darzhavna Sigurnost (DS), la policía secreta búlgara, se supo que el asesino era conocido con el nombre en clave de Piccadilly. El misterio sigue vivo.Un extraño en el rellano

A las 10 de la mañana del 12 de octubre de 1957, Lev Rebet, un ucraniano de mediana edad llegó a buen paso a su lugar de trabajo en el número 8 de la Karlplatz de Munich (Alemania).

Con las prisas no se dio cuenta del extraño que, con un periódico doblado bajo el brazo, estaba esperando en el descansillo de la escalera del edificio. Poco después, el forastero salió del bloque sin dejar rastro, dejando a Rebet tendido sin vida en el suelo.

Los médicos y los policías que llegaron al lugar dictaminaron que la causa de la muerte parecía "un ataque al corazón", a pesar de las minúsculas gotas de sangre que el fallecido presentaba en el rostro poco después de ser hallado sin vida.

Lev Rebet era uno de los líderes políticos más destacados del movimiento nacionalista de Ucrania en la década de los 40 y los 50, además de profesor, director del semanario Ukrayinsky Samostiynyk (El Independiente de Ucrania), periodista célebre e historiador.

Este disidente ucraniano refugiado en Alemania no murió de infarto, sino que -como se reveló posteriormente- fue asesinado. Y su asesino fue un veterano agente del KGB, Bohdan Stashynsky, que usó una pistola de cianuro con la que alcanzó a la víctima en el rostro, causándole un paro cardíaco.

Años más tarde, en 1961, el asesino del KGB se pasó a Alemania Occidental junto a su esposa y confesó su autoría del crimen, desvelando que la razón de las autoridades de soviéticas para matar a Rebet fue su protagonismo como "principal teórico de los ucranianos en el exilio".Un té con pastas

Aleksandr Litvinenko era un veterano de la guerra de Chechenia (1994-1996) que había servido en el KGB durante la época soviética y luego en su organismo sucesor, el FSB.

En 1998, él y otros agentes del FSB dieron una conferencia de prensa en Moscú acusando a la agencia de un complot para matar a Boris Berezovsky, un oligarca que ayudó a Putin a llegar al poder, pero más tarde se volvió contra él.

Litvinenko fue juzgado por abuso de poder y compra de explosivos, y aunque fue absuelto en 1999, huyó de Rusia con un pasaporte falso. Más tarde fue juzgado y condenado en rebeldía por diferentes cargos que su familia cree que se inventaron para silenciarlo.

Tras recibir asilo en Reino Unido más tarde se convirtió en ciudadano británico. Claro que los servicios de inteligencia británicos le habían sumado a su nómina y pedido que colaborara con otros servicios amigos, como el CNI. En concreto Litvinenko vigilaba a mafias rusas en España para dar información a los servicios de inteligencia españoles.

El 1 de noviembre de 2006, tras quedar para tomar té en el Pine Bar del Hotel Millennium con dos viejos colegas de los servicios de inteligencia rusos, Andrei Lugovoi y Dimitri Kovtun, Litvinenko cayó enfermo.

El espía retirado fue ingresado en un hospital de Londres con extraños síntomas y en ese hospital murió el día 23 de ese mismo mes, debido a las altas dosis en su organismo de polonio 210, una sustancia radiactiva.Muerte entre las flores

Alexander Perepilichnyy era un disidente ruso que en noviembre de 2012 murió frente a su casa en Surrey (Reino Unido) después de denunciar que había recibido amenazas de muerte por parte del Kremlin.

Hay que tener en cuenta que muchos oligarcas rusos fuera del país pretenden ser perseguidos por las autoridades para ocultar conexiones peligrosas del mundo del hampa. Lo curioso del caso de Perepilichnyy, que tenía 44 años y buena salud en el momento de su muerte, es que la investigación policial británica no encontró nada raro en el deceso, apuntando a un simple infarto. 

Y ahí quedó la historia, hasta que la profesora Monique Simmonds, experta del londinense Real Jardín Botánico de Kew tiró por tierra la historia oficial.

Ante el juez de instrucción de Surrey, la profesora Simmonds confirmó haber encontrado iones asociados con un extraño veneno en el estómago de Perepilichnyy. Las trazas eran muy raras y sólo podían provenir de una de cinco posibles fuentes, todas ellas vinculadas a variedades de la planta Gelsemium - la más tóxica de las cuales (Gelsemium elegans), sólo crece en Asia.

El mismo veneno ha sido previamente vinculado a otra muerte de alto perfil. En 2011, el multimillonario chino Long Liyuan murió después de comer estofado de carne de gato que se piensa fue envenenado con la variedad Gelsemium elegans.

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