Los cristianos en Irak piden ayuda: "Si no nos ayudáis, va a ser la Tercera Guerra Mundial"

    • El arzobispo de Kirkuk y Sulamaini, en Irak, narra a lainformacion.com cómo viven los cristianos bajo la opresión y violencia del Estado Islámico.
    • Desde Madrid, donde participará en un congreso sobre la persecución religiosa en todo el mundo, monseñor Thomas Mirkis hace un llamamiento al mundo.
El TPI advierte de que su capacidad para juzgar al Estado Islámico es "limitada"
El TPI advierte de que su capacidad para juzgar al Estado Islámico es "limitada"

Es testigo del auge de Daesh, el Estado Islámico, grupo que ha ocupado una superficie dos o tres veces más grande que Bélgica en Siria e Irak. Testigo de la ley de la locura y de la violencia en Irak y del horror de un grupo cuyo único objetivo es eliminar a todo aquel en desacuerdo, que no comulgue con su fe. Que horrorizó al mundo con las ejecuciones de periodistas extranjeros, y que ha secuestrado a miles de mujeres y niños, matando y torturando en su camino. El arzobispo auxiliar de Kirkuk y de Sulamaini de los Caldeos, en Irak, monseñor Yousif Thomas Mirkis, cuenta a lainformacion.com cómo viven los cristianos en el país, y cómo han tenido que adaptarse a un estado fallido en el que temen por sus vidas.Cuenta un año de incertidumbre, de caos y de suplicar al mundo que diriga sus ojos al "genocidio" en su país. Narra así los meses del horror. "Cuando apareció Daesh", cuenta, los cristianos no sabían qué hacer "no sabían si serían tolerados, si la situación iba a empeorar o no", explica. Miles de cristianos vivían en Irak en territorios ahora en manos del 'EI'. Su situación no había sido fácil desde hace años, pero el EI acrecentó la barbarie. Antes, la situación ya era difícil "la invasión americana no hizo ningún bien a Irak, y ningún bien a los cristianos. Desde entonces, comenzaron a aumentar los ataques, los secuestros, los ataques a Iglesias", explica, "el 31 de octubre de 2010, hubo un ataque a la catedral de Baghdad, y hubo cerca de 50 muertos". Fue su particular 11-S, pero nada que ver con lo que se avecinaba.Hace unos meses, 'Daesh', el grupo que ahora los aterroriza, comenzó a manifestar su presencia. Pronto, los peores miedos de las minorías comenzaron a hacerse realidad, "después de los meses de junio y julio de 2014, la situación comenzó a empeorar, empezaron a matar cristianos y un arzobispo fue asesinado. Otro obispo fue secuestrado, aunque fue liberado después", cuenta Mirkis. La violencia comenzó, y comenzaron los ataques dirigidos a las minorías, que tuvieron que huir, "a partir de agosto, en Mosul, la situación obligó a los habitantes de los pueblos a huir y escaparon cerca de 120.000 personas", cuenta.Marcaban las casas de los cristianos para desvalijarlas

En el punto de mira de Daesh, los cristianos, a los que atacaban de forma sistemática, marcando incluso sus casas: "Empezaron a pedir impuestos especiales a los cristianos, y los fanáticos marcaron con un nuun (ن) en árabe, que significa 'nazarenos', las casas de los cristianos, y empezaron a desvalijarlas. Los cristianos estaban cada vez más desesperados, ya no les quedaba esperanza", narra. "Es un daño psicológico, pero también social y para la salud". Mirkis es testigo directo de la violencia: en su Catedral de Kirkuk tienen un Hospital, que atiende a cientos de personas cada mes que han sufrido en sus carnes la violencia islamista. "Son lo más barbárico", cuenta, mientras habla de las más de 2.000 yazidíes secuestradas por el 'EI': "había una niña de 9 años violada por tres hombres, están verdaderamente locos, son enfermos, salvajes"."Hemos comenzado a aceptar la situación y a adaptarnos"

"Intentamos hacer la vida más fácil a los demás", cuenta, "intentamos acomodar a gente en escuelas, iglesias". Pero no es fácil: Irak es un estado fallido y faltan hasta los productos más básicos: "en verano el calor es terrible y necesitamos agua, no tenemos electricidad, por lo que tenemos que comprar generadores comerciales". "Necesitamos alimentos, no hay absolutamente nada, ropa, dinero, trabajo para algunos jóvenes", asegura, "pero hemos comenzado a aceptar la situación, y a adaptarnos", añade.

Ante el silencio internacional, Mirkis agradece la ayuda de algunos países, "hubo naciones que reaccionaron rápido, como Francia, que hicieron un llamamiento y sonaron la alarma de lo que estaba pasando". Pero sigue haciendo una llamada al mundo, no sólo para ellos, sino para todos los necesitados en el planeta "queremos que se pida por los cristianos de todo el mundo, que se piense en todos los que sufren". Y no sólo cristianos, también minorías como los yazidíes, objetivo también de 'Daesh'.

La ayuda, no obstante llega, y no hay distinción religiosa: "Siempre hay buenos samaritanos, muchos musulmanes, tanto en Irak como en la diáspora, nos han enviado ayuda para ayudar a las familias refugiadas. En el hospital que tenemos en la catedral hay 15 trabajadores, de los cuales 10 son musulmanes, y 5 cristianos, entre enfermeros, farmacéuticos… Nos ayuda la Cruz Roja, pero también la Media Luna Roja", explica, resaltando que todas las religiones comulgan contra la barbarie."Si no nos ayudáis, será la nueva Tercera Guerra Mundial"

Desde Madrid, donde este fin de semana participará en un congreso para denunciar la barbarie y persecución de cristianos en todo el mundo, hace un llamamiento. "Es un genocidio, similar al de los armenios, de los que se conmemoran 100 años, aunque un poco diferente. Ahora, lo que hay es bandas, organizaciones terroristas que lo que quieren es que no haya cristianos", explica, "sí, es un genocidio". Y lanza una advertencia a occidente. "Con la globalización, los problemas no son sólo nuestros: hace unos meses ocurrió el ataque de Charlie Hebdo, hace unos años, el ataque del 11-M en Madrid. Si no nos ayudáis, si no reunís las fuerzas para luchar contra este tipo de fanatismo, será la nueva Tercera Guerra Mundial. Es como ocurrió con los nazis".

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