Rosario, la "Ciudad Juárez" argentina dominada por los "soldaditos" de la droga

    • Es una de las ciudades más importantes de la Argentina, que duplicó su tasa de homicidios hasta llegar a 20,8 por cada 100.000 habitantes.
    • Hasta el Papa Francisco habla de la "mexicanización" de un territorio donde en el último año se registraron casi 300 asesinatos.
Las familias rosarinas viven aterradas por las bandas de narcos
Las familias rosarinas viven aterradas por las bandas de narcos

Cuando el presidente argentino Mauricio Macri declare en las próximas horas la emergencia nacional en materia de seguridad para combatir el narcotráfico, muchas de las miradas conducirán hacia una ciudad que estremece por su delincuencia y marginalidad. En ese contexto, merece la pena describir lo que sucede en Rosario, una de las localidades más pobladas e importantes de Argentina.

Situada en la provincia de Santa Fe, a 300 kilómetros de Buenos Aires y con una población que ronda el millón de habitantes, se ha transformado en el punto emblemático y más violento del territorio argentino, que encierra la producción y venta de drogas.

Rosario hoy es una ciudad sin Ley, absolutamente anárquica, donde se suceden ajustes de cuentas entre bandas de narcotraficantes, sicarios, jefes policiales involucrados en asesinatos y barrabravas (ultras de los equipos de fútbol) que campan a sus anchas.

Entre 2010 y 2014,la ciudad duplicó su tasa de homicidios, de 10 por cada 100.000 habitantes, similar a la de los peores municipios de la provincia de Buenos Aires, hasta 20,8. El índice en México es de 23,7.Por eso muchos ya se refieren a esta localidad como la "nueva Ciudad Juárez", en alusión a uno de los territorios mexicanos más sangrientos. Hasta el Papa Francisco ha hablado de la "mexicanización" de la violencia en Rosario.

La ruta de la droga en Sudamérica parte desde Colombia, hace escala en Bolivia y acaba en Argentina, donde se refina cocaína, se consume y se exporta a Europa. Rosario se ha convertido en el centro del tráfico por sus puertos, su expansión inmobiliaria que facilita el lavado de dinero y sus poblados de chabolas en las que los narcos hallan sicarios y consumidores. En Santa Fe, además, se alcanzó en 2014 el pico máximo: una tasa de homicidios de 30 por cada 100.000 habitantes.Cuarteles y búnkeres

Allí, los narcos tienen sus cuarteles y "búnkeres" de la manera más obscena. La droga se vende a plena luz del día en garitas de los poblados chabolistas, que son custodiadas por quienes los delincuentes llaman "soldaditos", chavales no mayores de 16 años. Ganan 40 euros por jornada. Su misión es alertar sobre extraños, pasar la droga y también consumirla.

Los habitantes rosarinos, aunque viven con pánico, ya se han acostumbrado a los ajustes de cuentas que tienen lugar en pleno centro o en el Gran Rosario (el área periférica de la ciudad) donde más se concentran decenas de puestos de venta de droga.

Las bandas están lideradas por clanes muy pesados, como el de "Los Monos". Sus integrantes obedecen a las 'órdenes' de la familia Camino, con fuertes lazos en el club de fútbol de primera división Rosario Central. Su cabecilla, Roberto "Pimpi" Camino, fue el líder histórico de la barra brava de ese club. El año pasado se cometieron en las calles rosarinas casi 300 asesinatos. La cuenta parece no detenerse.

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