Diez año de prisión para el ladrón del Códice Calixtino, seis meses para su mujer

    • El electricista Manuel Fernández Castiñeiras no recordaba haber confesado su robo, pero ha sido condenado. Su hijo resulta absuelto.
    • La televisión hará una serie sobre el suceso, que conmocionó a todos y que hizo salir a la palestra al propio Rajoy.
La Sala visiona 12 vídeos en los que se ve a Castiñeiras cogiendo documentos y dinero en la Catedral
La Sala visiona 12 vídeos en los que se ve a Castiñeiras cogiendo documentos y dinero en la Catedral

La Audiencia Provincial de A Coruña ha condenado al exelectricista de la Catedral de Santiago José Manuel Fernández Castiñeiras a diez años de prisión por hurto, robo continuado y blanqueo de capitales por la sustracción del Códice Calixtino y otros efectos.

Según la sentencia de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial con sede en Santiago relativa al juicio del robo del Códice Calixtino, Castiñeiras ha sido condenado, además, a abonar una multa de unos 268.425 euros, así como su mujer, Remedios Nieto, que ha sido condenada a seis meses de prisión por blanqueo de capitales.

Los magistrados consideran probado, en una sentencia de 59 folios, que el exelectricista ha cometido un delito de hurto por la sustracción del manuscrito, un delito continuado de robo con fuerza en las cosas por la sustracción de diversas cantidades de dinero y documentación y un delito de blanqueo de capitales por la compra de inmuebles con dinero de procedencia ilícita.

En concreto, José Manuel Fernández Castiñeiras ha sido condenado como autor responsable de un delito de hurto a tres años de prisión, a cinco años por un delito continuado de robo con fuerza en las cosas y dos por un delito de blanqueo de capitales y una multa de 268.425,11 euros, con responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago de seis meses.

No obstante, lo absuelven de los delitos contra la intimidad de los que fue acusado, "ya que ninguno de los tres agraviados ha presentado denuncia por estos hechos". Sin embargo, ha sido condenado a indemnizar al exdeán José María Fernández Díaz en la cantidad de 2.720 euros.

Mientras, el tribunal condena a su esposa a seis meses de prisión y multa de 268.000 euros por un delito de blanqueo de capitales.

Diez años de prisión para el autor del robo del Códice que será hasta una serie de televisión. Así es España, capaz de ver cómo un hombre es filmado en vídeo desvalijando un lugar sagrado. El electricista Manuel Fernández Castiñeiras no recordaba haber confesado su robo. El manuscrito del medievo desapareció en julio de 2011 y se halló un año después en un garaje propiedad de este operario que trabajó como autónomo para la Catedral de Santiago y que en ese momento se identificó como el responsable del saqueo ante el juez.

"No declaré libre. Me sentí maltratado. El juez se burló de mí", se defendió. El ladrón confeso del Códice, que estuvo interno en el penal de Teixeiro (A Coruña) desde julio de 2012 hasta enero de 2013, estaba acusado de dos delitos de robo con fuerza, uno de ellos continuado; de un delito contra la intimidad y de otro de blanqueo de capitales.

El Ministerio Fiscal reclamaba para él 15 años, pero la Iglesia, que está personada como acusación particular, eleva a 31 la petición. La investigación prestó atención a Fernández Castiñeiras "desde el principio", dado que su nombre formaba parte de la lista entregada por José María Díaz. "Se pide al deán que facilite el nombre de las personas que eran asiduas y conocían las dependencias, las que trabajaban en la Catedral o hubiesen trabajado, y en esa lista está Manuel", ha sentenciado.

Además, días después del robo, el propio Fernández Castiñeiras habló con la Policía del "problema" que mantenía con la Catedral, aseguró que "nunca había tenido llaves" del archivo y dijo que tenía un facsímil del Códice que "le había regalado el deán". Sin embargo, José María Díaz negó haberle regalado este documento.

En la vivienda de Fernández Castiñeiras en O Milladoiro los investigadores localizaron grandes cantidades de documentación de la Catedral y dinero, que se encontraban en una zona del dormitorio principal, tras una "cortina tupida", en un escritorio y diversas estanterías.
En la casa de su hijo se localizó dinero y documentación en "un armario" que "usaba el padre" y que, según contó el hijo a la Policía, "el nunca tocaba".

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