"En Requena no somos de paella valenciana, sino de gazpacho manchego"

    • La historia de esta comarca de diez pueblos y 40.000 habitantes está ligada a Cuenca. En 1851 pasó a depender de Valencia por intereses comerciales. Los vecinos conservan un vocabulario con 700 vocablos propios.
    • "Aquí somos serios y austeros, menos barrocos que los valencianos", asegura Nacho Latorre, responsable del Archivo Municipal de Requena.
"En Requena no somos de paella valenciana, sino de gazpacho manchego"
"En Requena no somos de paella valenciana, sino de gazpacho manchego"
Raquel Rivera

En la comarca valenciana de Requena-Utiel, los alrededor de 40.000 habitantes tienen como plato preferido el ajo arriero y el gazpacho manchego, no acostumbran a disfrutar de las Fallas, pero sí de la matanza del cerdo, y su agricultura es latifundista, de olivo, almendro y cereales, distinta a la huerta valencia de fruta y hortalizas.

"Esto es absolutamente Cuenca. Las costumbres, la forma de hablar, la comida…Administrativamente pertenecemos a la Comunidad Valenciana, pero el corazón es manchego", explica Miguel, empleado del Ayuntamiento de Venta del Moro (1.450 habitantes), uno de los diez municipios que integra la meseta castellana en tierra valenciana.

[Te interesa: "El Bierzo es una olla minera que tiene mucho de Galicia"]

La historia de la comarca de Requena está ligada a Cuenca desde que el Obispo de esta ciudad conquistó en 1238 este territorio de 45 kilómetros, cuya frontera con Castilla la Mancha lo delimita el río Cabriel. La Castilla de Alfonso X 'el sabio' se quedaba con el llamado puerto seco que canalizaría el tránsito comercial de la España Moderna hacia Toledo y Madrid. Hasta que en 1851 pasó a formar parte de la administración valenciana en la época de Isabel II. Nacho Latorre, responsable del Archivo Municipal de Requena, explica las razones del cambio del mapa político: "Había intereses de la oligarquía gobernante que tenía vínculos con la élite comercial valenciana".

Los vecinos de Requena son manchegos por encima de todo y el legado cultural e histórico se traslada en las sucesivas generaciones. No hay movimiento ciudadano o político para pedir la anexión a Cuenca, porque en los pueblos han sido celosos de sus costumbres y han sabido diferenciar la gestión del sentimiento de pertenencia. "No perdemos nuestros raíces. Es verdad que la televisión valenciana ha contribuido a la enseñanza del valenciano y se ha producido una especie de reculturización. Pero en las casas se mantienen los costumbres", señala Nacho. Las costumbres y el carácter. "Aquí somos más serios y austeros, del interior,, menos barrocos que los valencianos".

Tampoco son falleros y prefieren celebrar en casa una buena comida familiar con arroz con güeña, cordero, ajo arriero y el gazpacho manchego. No falta el vino. "Somos de raigambre antiguo. Que si la matanza, el comer…", comenta Miguel.

[Quizá te interese leer: "Treviño lleva nueve siglos luchando por integrarse en Álava"]

Requena-Utiel se siente cómoda desde el punto de vista administrativo dentro de la Comunidad Valenciana. Ha superado el debate de si debía luchar por volver a depender de un gobierno manchego. "Se ha dejado atrás la discusión porque la gente se da cuenta que pervive la tradición local", cuenta Rubén, residente en Requena y vinculado hace años a la política municipal. Coincide Miguel, de Venta del Moro, que añade que hay ventajas de pertenecer a Valencia. "La capital es accesible, está a 45 kilómetros y la carretera está muy bien".

Los vecinos de la comarca han protegido la herencia manchega, con ejemplos como el diccionario de 700 páginas con vocablos típicos de la tierra, de Cuenca, que se conserva en el Archivo Histórico de Requena: Albarga (una alpargata), liviano (pulmón), gollizno(paso estrecho entre montañas, enjalbegar (encalar), guacho (chaval). Nacho Latorre, del Archivo, añade que otro signo que les diferencia de los valencianos es el uso del sufijo "ete". "Aquí decimos majete, fuertete… y nada de un poquet".

Mostrar comentarios