Madeira vota bajo una ola de indignación y disimulados alegatos por el cambio

  • Las elecciones en Madeira transcurren hoy con relativa tranquilidad y disimulados alegatos de la oposición para cambiar el Gobierno que administra las islas desde 1978 y cuyas deudas ocultas han levantado una ola de indignación en Portugal.

Lisboa, 9 oct.- Las elecciones en Madeira transcurren hoy con relativa tranquilidad y disimulados alegatos de la oposición para cambiar el Gobierno que administra las islas desde 1978 y cuyas deudas ocultas han levantado una ola de indignación en Portugal.

Las autoridades electorales informaron de que no ha habido incidentes de importancia en las primeras horas de votación, en las que participan 256.000 de los 10,5 millones de habitantes de Portugal, pero admitieron "irregularidades" en el uso de vehículos públicos para llevar a ciudadanos a las urnas.

Las votaciones en el archipiélago, que para muchos portugueses es sobre todo un destino de vacaciones, han concitado un inusitado interés en el país después de que el Banco de Portugal y el Instituto Nacional de Estadística revelaran en septiembre que Madeira había ocultado deudas por más de mil millones de euros.

Algunos políticos de la oposición al Gobierno de centroderecha, que administra las islas con mayoría absoluta desde hace 33 años, denunciaron hoy que en el concejo de Calheta los votantes eran acompañados hasta las urnas por funcionarios municipales en vehículos de la Empresa de Electricidad de Madeira.

La Comisición Nacional Electoral (CNE) señaló que el transporte de electores o el "acompañamiento" del voto había dado lugar a diversas quejas y llamó, además, la atención sobre algunos centros de votación instalados en locales abiertos donde los empleados municipales ayudaban a la emisión del sufragio.

El líder regional de los democristianos del CDS-PP, José Manuel Rodrigues, se quejó a los periodistas de "graves irregularidades" en la jornada, entre ellas el acompañamiento de votantes, uso de vehículos públicos, problemas de identificación de electores y negativas de las mesas a aceptar reclamaciones.

Rodrigues consideró "lamentable" que las elecciones transcurran así y expresó su confianza, como otros políticos de oposición, en que Madeira "cambie" y lo haga hoy.

Los líderes de los partidos de izquierda hicieron también disimulados alegatos, para no contravenir la normativa electoral, a favor de la renovación política.

Los marxistas del Bloque de Izquierda y la alianza de Comunistas y Verdes, recordaron que Madeira, como Portugal, va a vivir en los próximos cuatro años grandes dificultades que exigen un voto "responsable" a la ciudadanía.

Maximiano Martins, dirigente del Partido Socialista, la primera fuerza de oposición de las islas y a nivel nacional, recordó que Portugal, como el mundo, tiene puestos los ojos en Madeira "por las peores razones" y los madeirenses tiene que "rescatar su honra".

Las deudas ocultas de la Administración regional que encabeza Alberto Joao Jardim, favorito de los sondeos para formar su undécimo Gobierno consecutivo, obligaron a revisar el déficit fiscal portugués de 2010 que pasó del 9,1 al 9,8 %.

El Gobierno central ha anunciado ya que tendrá que aplicar nuevas medidas de austeridad para cubrir ese agujero y cumplir los compromisos adquiridos con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) cuando concedieron a Lisboa, en mayo, un rescate financiero de 78.000 millones de euros.

Jardim, que niega con vehemencia las acusaciones de ocultar la deuda pública y la achaca a cuestiones contables y a las necesidades de las islas, se ha mostrado dispuesto a resistir las presiones de Lisboa e incluso de los organismos internacionales.

El veterano abogado de 68 años -que ha ganado todos los comicios del archipiélago desde que la Revolución del 25 de Abril de 1974 lo convirtió en una región autónoma- se ha convertido en un problema para el Gobierno nacional, que es de su mismo partido, el Social Demócrata (PSD).

Los socialistas, que perdieron el poder en junio tras casi seis años en el Ejecutivo, aspiran ahora a mejorar sus resultados en Madeira, donde en las pasadas elecciones de 2007 sólo lograron un 15,4 por ciento de apoyo y siete de los 47 diputados frente al 65,2 y los 33 representantes obtenidos por el PSD de Jardim.

A los comicios de hoy se presentan en total nueve partidos y el CDS-PP, aliado del PSD en el Gobierno de Lisboa pero crítico con Jardim, aspira también a apuntalarse como tercera opción política y mejorar el resultado de 5,3 % de los sufragios y dos diputados conseguido hace cuatro años.

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