Las preguntas-trampa para Clinton y Trump en el primer debate

Correos electrónicos, votantes "deplorables", aborto, fundaciones Clinton y Trump... son numerosas las preguntas que Hillary Clinton y Donald Trump tendrían dificultades en responder y que podrían ser formuladas durante el primer debate entre candidatos a la presidencia de Estados Unidos.

Honestidad: 60% de los votantes estadounidenses piensa que la candidata demócrata no es honesta. Por más que mencione sus compromisos de juventud para demostrar la sinceridad de su candidatura, Clinton está a la defensiva, en particular por el caso de los mensajes por correo electrónico que enviaba desde un servidor privado cuando era secretaria de Estado, y que para muchos estadounidenses simboliza su pretensión de estar por encima de las normas.

"Deplorables": fue el calificativo empleado por Hillary Clinton durante una jornada de recaudación de fondos para describir a la mitad de los votantes de Donald Trump. Lamentó haber dicho "la mitad", pero los republicanos recuerdan esa palabra condescendiente para enajenarle la simpatía de las clases populares blancas.

Fundación Clinton: las sospechas de conflictos de interés, en particular cuando dirigía la diplomacia estadounidense y la fundación recibía importantes donaciones del exterior, nunca desembocaron en demandas judiciales, pero los Clinton tienen dificultades para justificarlas.

Comercio: Hillary Clinton defendió durante mucho tiempo como secretaria de Estado el nuevo tratado de libre comercio TransPacífico firmado por Barack Obama. El año pasado la candidata presidencial demócrata se pronunció en contra, pero le sigue costando ganarse al electorado más preocupado por los efectos negativos de la globalización.

Irak y Libia: Clinton, senadora entonces, votó en 2002 a favor del uso de la fuerza contra el régimen de Sadam Hussein en Irak, y como secretaria de Estado defendió la intervención en Libia en 2011. Rectificó su postura y pidió disculpas por su voto a favor de la guerra en Irak, pero su rival republicano le atribuye el caos libio tras la caída de Muamar Gadafi.

Economía y comercio: Donald Trump promete poner fin a las deslocalizaciones y traer

nuevamente a Estados Unidos los empleos industriales que se trasladaron a otros países, gracias a una renegociación de los tratados comerciales, especialmente con México. Pero sus detractores le critican la falta de detalles concretos de sus propuestas económicas y temen que desencadene una guerra comercial.

Declaración de ingresos: el millonario empresario inmobiliario se niega a difundir su declaración de ingresos, una tradición de transparencia respetada por todos los candidatos presidenciales recientes. Se ampara en el casi permanente control fiscal del que dice ser objeto.

Fundación Trump: el candidato republicano ha utilizado su fundación con fines personales y políticos, según documentos revelados por The Washington Post, y algunas transacciones dudosas son investigadas por la justicia de Nueva York.

Aborto: Donald Trump dijo en 1999 que odiaba el concepto de aborto, pero que sin embargo estaba a favor del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. Pero antes de iniciarse el proceso de las primarias de su partido se declaró firmemente en contra e incluso favorable a "alguna forma de castigo" a las mujeres que abortaban de forma ilegal. Luego corrigió y dijo que eran los médicos los que debían ser castigados, no las mujeres.

Grupo Estado Islámico: este verano acusó a Barack Obama y a Hillary Clinton de ser los cofundadores de esa organización yihadista. Ahora también afirma que se opuso a la guerra de Irak, pero en la única declaración pública que hizo sobre el tema en 2002 dijo que estaba a favor de una intervención.

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