Socialistas deciden si permiten a Rajoy formar un nuevo gobierno conservador

Los socialistas españoles mantenían este domingo una reunión en la que se espera levanten su veto a los conservadores del presidente en funciones Mariano Rajoy, para que España se dote en breve de un gobierno después de diez meses de parálisis.

El encuentro del comité federal, una especie de parlamento interno formado por cerca de 300 dirigentes socialistas, tiene lugar a una semana de que expire, el 31 de octubre, el plazo para investir al presidente del gobierno.

Si, tal y como se espera, los socialistas deciden este domingo abstenerse en el Parlamento, el líder conservador Mariano Rajoy podrá ser investido al final de la semana entrante, al frente de un gobierno en minoría dirigido por su Partido Popular (PP).

Después de diez meses de interinidad en los que el PSOE mantuvo un no tajante a Rajoy, los socialistas debatirán si se "establece una posición diferente, conducente a desbloquear la situación política del país", resumió ante la prensa Mario Jiménez, presidente de la gestora que desde hace tres semanas dirige el partido de manera provisional.

En los últimos días, la gestora ha preparado el terreno para una abstención, argumentando que en caso de haber unas terceras elecciones a fin de año, el PSOE cosecharía un resultado aún peor del que ya tuvo los pasados diciembre y junio, que de por sí fueron los peores de su historia.

Sin embargo, no todos están de acuerdo, por lo que este domingo habrá debate.

"Venimos al comité federal a seguir defendiendo el no a Rajoy y al Partido Popular", afirmó Idoia Mendia, líder de los socialistas vascos, resumiendo una posición defendida entre otras por la sección catalana del partido.

Igualmente habrá debate sobre si deben abstenerse en bloque los 85 diputados del PSOE, para mantener la disciplina de partido, o si deben hacerlo sólo 11, el número indispensable para que salga adelante la investidura de Rajoy.

El cónclave de este domingo tiene lugar sin el capitán de la oposición frontal al Rajoy, Pedro Sánchez, quien hace tres semanas se vio forzado a dimitir como secretario general del PSOE en un caótico comité federal, en el que se quedó en minoría.

Sánchez insistió en todo momento en que no se podía facilitar el gobierno al PP, tras los numerosos escándalos de corrupción en que aparecen citados los conservadores y los recortes acometidos desde la llegada al poder de Rajoy a finales de 2011.

Al mismo tiempo, Sánchez fue incapaz de articular un gobierno alternativo con Podemos, el gran rival del PSOE en la izquierda, y en el último año no dejó de sumar derrotas en las urnas, a nivel nacional y en regiones clave (País Vasco, Galicia y Cataluña).

Con el argumento de que "abstenerse no es apoyar", como dijo el presidente de la gestora Javier Fernández esta semana, los partidarios de esta estrategia argumentan que es mejor permitir gobernar a la derecha para que, desde la oposición, pueda reconstruirse el PSOE.

Pocas horas después del comité federal de este domingo, España entrará en la recta final para la formación de gobierno, con la ronda de contactos que el rey Felipe mantendrá, lunes y martes, con los líderes de los partidos representados en la cámara.

Si Mariano Rajoy le informa el martes de que tiene suficientes apoyos, podría ir al Congreso a partir del jueves, para ser investido el fin de semana, horas antes de que expire el plazo legal.

La legislatura será no obstante complicada. En el Congreso de los Diputados, el PP tiene sólo 137 escaños de un total de 350, y necesitará para sobrevivir "mucho consenso y negociación", en palabras del diputado socialista Ignacio Urquizu.

"Lo más probable es que sea una legislatura corta", de menos de cuatro años, vaticinó en declaraciones a la AFP el politólogo Pablo Simón.

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