Análisis de 'Juego de tronos' 6x03

  • El tercer capítulo de la sexta temporada de 'Juego de tronos', titulado 'Perjurio', se ha tomado un respiro respecto al anterior, que puso el listón alto.

    Aun así, ha habido sitio para momentos importantes, como un viaje al pasado de Bran que permite alimentar las teorías sobre el origen de Jon Nieve.

'Juego de tronos' 6x03
'Juego de tronos' 6x03
HBO
Marta S. Ortigosa

[Ojo spoilers] HBO se ha tomado un respiro de brutalidad y ritmo en el capítulo 3 de la sexta temporada de 'Juego de tronos' respecto al capítulo 2 ('A casa'), y eso no ha gustado a ciertos fans. Pero ello no significa que no haya habido sorpresas o escenas jugosas en Poniente, como el regreso de Rickon (adelantado por Maisie Williams hace unos días) o el viaje al pasado de Bran Stark, que no deja indiferente por el peso que se infiere de lo que no se ve en pantalla (ahora ahondaremos en ello). 

El inicio del 6x03 coge el relevo justo donde se quedó el anterior capítulo, con Jon Nieve despierto sobre la mesa. Con una respiración fuerte y ante la mirada atónita de Ser Davos, Jon se incorpora, intentando entender qué es lo que ha pasado. Melisandre también entra en la habitación y se queda anonadada por lo que ven sus ojos. Después de todo, su magia ha devuelto la vida al Lord Comandante.

Uno de los temas más comentados cuando Jon resucitó fue si estaríamos ante el mismo joven de siempre o si la muerte le habría cambiado, pues, por lo visto hasta el momento, Jon no ha cambiado, sigue con esa aura tranquila que le caracteriza, en este caso aturdido por lo ocurrido ("No debería estar aquí" dice el propio Jon), pero sin ese cambio de personalidad que algunos esperaban. Me incluyo entre aquellos que quieren un cambio en el bastardo de los Stark, que dé un verdadero golpe sobre la mesa y muestre más garra. Un buen primer paso se dio al término del capítulo cuando con su espada corta la cuerda de la que colgaban los traidores (incluido el pequeño Olly), le da su capa a su amigo y compañero Edd el Penas y se marcha con un rotunda frase: "Mi guardia ha terminado". No sabemos qué planea, pero ya liberado de su juramento (la muerte es lo que tiene), esperemos ver a Jon coger el papel relevante que se le presupone en toda esta trama de los Siete Reinos, más con la escena de Bran que vino después, que si se confirma lo que se teoriza hace de Jon una figura aún más importante.

Como ya ocurriera en el episodio previo, el Cuervo de Tres Ojos montó de nuevo a Bran en 'la máquina del tiempo' y lo llevó al pasado, a una de las escenas más significativas del trasfondo de 'Canción de Hielo y Fuego'. En la Torre de la Alegría se produce una de las peleas de espadas más vistosas de la serie, un hecho esperado si tenemos en cuenta que entre los combatientes estaba Arthur Dayne, la Espada del Alba, uno de los espadachines más habilidosos de Poniente. Ned Stark y sus cinco acompañantes se enfrentan a Arthur y a otro soldado de la Guardia Real de Aerys II Targaryen (El rey loco). Al final, solo Ned sobrevive y, ante la mirada de Bran, sube las escaleras hacia la torre, donde le espera su hermana, Lyanna, que emite gritos de dolor.

En pantalla no se muestra nada más, así que es hora de teorizar. Lyanna fue secuestrada por Rhaegar Targaryen y llevada a la Torre, donde dio a la luz y murió a causa del parto. En Poniente se habla de que la hija de Rickard y Lyarra fue violada por el príncipe Rhaegar Targaryen, uno de los hermanos de Daenerys (recordemos que Sansa menciona este hecho a Meñique en la quinta temporada cuando están en la cripta de Invernalia). Sin embargo, ciertos hechos narrados en la saga literaria parecen indicar también que había ciertos sentimientos entre ellos, como el que Rhaegar le pusiera el título de Reina del Amor y la Belleza en el torneo de Harrenhal por delante de su esposa, Elia Martell. ¿Podría no tratarse entonces de una violación ni de un secuestro? Al llegar Ned a su encuentro en la torre, esta le pide prometer algo y Ned lo hace. ¿Qué pasa después? Que Ned vuelve a casa con un bebé bastardo, Jon Nieve. Todo apunta a que Jon es hijo de Lyanna Stark y Rhaegar Targaryen. Obviamente esto es una teoría (y no la única, hay otra que apunta a Robert Baratheon como el padre), pero no digáis que no sería interesante ver las consecuencias que supondría que Jon tuviera sangre Targaryen.

Tras la visión de Bran, frustrado de nuevo por no poder quedarse a ver más, la acción salta a Essos, bueno, quien dice la acción dice la cámara, porque en el territorio Dothraki, donde está Daenerys esperando a que decidan que hacen con ella, y en Meereen, donde siguen Tyrion y Varys intentando averiguar quién está ayudando a los Hijos de la Arpía, las tramas están muy estancadas. Dos de los personajes más importantes de la serie están siendo desaprovechados con minutos en pantalla insustanciales (quitando a Tyrion y su acercamiento a los dragones). Se echa en falta sobre todo más del Tyrion que nos enamoró, ese Tyrion maquinador y estratégico que ha dejado algunos de los mejores momentos de la ficción de HBO. De Daenerys sorprende menos su poco avance, porque desde el principio ha sido uno de los personajes de los que más se espera y que menos ha dado (también influye que las expectativas están muy alta con la Madre de Dragones).

Luego se cruzó de nuevo el Mar Angosto y se volvió a Desembarco del Rey, donde cabe decir que los Lannister están quedándose en un segundo plano. Desde que empezó la sexta temporada, hemos visto a una Cersei que intenta ser influyente pero ve como se choca una y otra vez contra un muro, a un Jaime que parece la sombra de su hermana, a un Robert Strong que impone pero al que queremos ver ya en plena faena y a un Tommen que, respecto al anterior capítulo, ha intentado dar un giro de timón a su mandato y mostrarse firme ante el Gorrión Supremo, y su intento se ha quedado en un quiero y no puedo (de hecho, el Gorrión está ganándose al rey por lo que se dejó entrever en su escena compartida).

Después de un bajón en el devenir del episodio, llegó el turno de Arya, que tuvo su escena más larga desde que regresó la serie a finales de abril. La pequeña de las Stark continuó su entrenamiento en Braavos, primero recibiendo duros palos y luego logrando defenderse y atacar a pesar de la ceguera. Es puesta a prueba de nuevo por Jaqen H'ghar, pero se mantiene firme en su convencimiento de que es Nadie, lo que le devuelve la vista. ¿Habrá Arya dejado a un lado quién es? ¿O está fingiendo? No sabemos por qué senda avanzará su historia, pero ojalá veamos a Arya salir de Braavos, volver a Poniente, acabar con unas cuantas vidas y regresar con su familia.

Una familia que volvió a 'ganar' un miembro en este episodio, y no por resurrección. Tras dos temporadas ausente, Rickon Stark volvió a aparecer, junto a la salvaje Osha. El pobre ha regresado al peor lugar posible, una Invernalia gobernada por el despiadado Ramsay. Lord Umber los ha capturado y llevado ante Lord Bolton como regalo. Para demostrar que se trata del pequeño de los Stark, traen ante el señor de Invernalia también la (supuesta) cabeza del huargo Peludo. Ponemos supuesta porque confiamos en que sea la de un lobo cualquiera y que todo se trate de una estratagema de la norteña casa Umber para acabar con los Bolton. No obstante, si Rickon fuera a ser realmente prisionero de Ramsay, la pena tampoco será muy grande, porque mi empatía con este personaje es bastante mínima.

En 'Perjurio' se dejó fuera en esta ocasión a Sansa y las Islas del Hierro, que la semana anterior nos dejó con ganas de más con la aparición de Euron Greyjoy. Esperamos verle pronto. Quienes sí aparecieron, aunque con una escena un poco intrascendente son Sam y Eli, que llegan a un acuerdo para que esta vaya a Colina Cuervo con la familia Tarly mientras él aprende a ser maestre en Antigua.

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