Según informa Avispa en una nota de prensa, estas deficiencias "ya han sido puestas en conocimiento de la dirección y del patronato del Museo" con el objetivo de que se aumenten "los efectivos destinados a la vigilancia y seguridad en horario diurno y durante las horas de apertura al público, pero sobre todo durante la noche, donde son más graves las carencias al multiplicarse la superficie a proteger con la ampliación y apertura de todas las salas y espacios de exposición".
Además indican que con la ampliación del Museo, el pliego de licitación publicado por la Consejería de Presidencia, "el servicio de seguridad será adjudicado con el mismo número de vigilantes y con el único criterio de adjudicación al precio más bajo ofertado por las empresas que concurran, provocando una manifiesta inseguridad al destinar tan escasos, exiguos e insuficientes recursos humanos".
En la actualidad, el edificio de Rúa no posee vigilancia activa, el de Velarde un solo agente para las tres plantas y en los nuevos edificios un supervisor para las plantas 0 y -1 y en el piso primero y segundo no hay nadie. Así mismo, en horario nocturno sólo hay un guardia, sin arma, que debe vigilar y proteger los cuatro edificios, más las oficinas y el resto de las dependencias.
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