El nuevo vestuario ha ascendido a 1.694 euros y, además, se han tomado medidas de mantenimiento para garantizar su buen acondicionamiento para una larga temporada.
Debido al desgaste y al paso del tiempo, desde la dirección de Presidencia y Relaciones Institucionales se consideró necesario llevar a cabo este cambio. Durante unos días se ha podido ver al gigante con una túnica blanca que abrigaba la estructura mientras la modista Antònia Fuster procedía a realizar el vestuario de grandes dimensiones.
La ropa anterior mostraba signos evidentes de desgaste con rasgaduras y transparencias. La parte baja del vestido se encontraba sujeta con cinta adhesiva para evitar que se hicieran parches.
La humedad de la sala donde reposan los gigantes y el desgaste del tiempo son la causa. El nuevo traje es prácticamente idéntico menos por una pieza, su capa, que ha pasado de ser de color lila a azul. Exactamente azul heráldico, que viene de la flor de lis, símbolo de pureza que formaba parte del escudo de la casa real francesa.
Documentación histórica revela que el lila era un color muy difícil de conseguir por la extinción del molusco Murex Branders, animal del que se extraía este color, por lo que el cambio a azul heráldico es más coherente.
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