Aguilar corta una oreja en Céret con una corrida de Palha

Céret (Francia), 17 jul.- El matador Alberto Aguilar cortó hoy una oreja en la corrida matinal celebrada en la localidad francesa de Céret (sureste), correspondiente al tercer festejo de feria y en la que Iván García y Manuel Escribano se fueron de vacío.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Palha, bien presentados, nobles, a veces excesivamente sosos, lejos del estilo de los animales encastados y con chispa que suele criar Joao Folque. Destacó el cuarto, al que le dieron una protestada vuelta al ruedo en el arrastre.

Iván García: ovación tras aviso y ovación.

Manuel Escribano: silencio y silencio.

Alberto Aguilar, oreja y silencio.

La plaza se llenó en una mañana calurosa

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Alberto Aguilar llego a Céret con la cabeza despejada y supo administrar la poca transmisión y movilidad del tercer Palha del festejo, que previamente había descabalgado a su picador tras tomar tres puyazos.

Un pinchazo y una buena estocada permitieron que el matador madrileño fuera el único que tocara pelo durante una calurosa matinal.

No pudo redondear su actuación ya que el sexto resulto un animal parado, desentendido y con la cara alta. El garbanzo negro, en definitiva, de un lote muy fácil para los toreros, para no decir "comercial".

Porque el resto de la corrida, en líneas generales, salió noblona en la muleta y con arrancadas alegres al caballo, donde tampoco apretó.

Abrió cartel Iván García que, a pesar de los pocos festejos toreados en la temporada, dejo una primera faena muy digna, de torero cuajado, ante un ejemplar noblón, insulso y sin mucha entrega.

Se atoró mas con el cuarto, el mejor del conjunto y premiado con una protestada vuelta al ruedo en el arrastre; un toro fuerte, de buena condición y que, a diferencia de sus hermanos, apretó en el peto. No en vano, lo pico José Maria Tafalla, que se llevo el premio al mejor varilarguero del festejo.

García firmó alguna tanda estimable por el pitón derecho, pero la faena nunca cogió vuelo y fue rematada de estocada baja.

Finalmente, Manuel Escribano demostró su buena disposición, con ganas y banderilleando a los dos de su lote. Su mejor momento llegó ante el quinto, al que, a ratos, toreo seguro y encajado por la derecha, aunque el toro nunca se entrego.