Albert Sánchez Piñol, un descreído de Sant Jordi que pregona por los libros

  • El escritor catalán Albert Sánchez Piñol ha protagonizado hoy el pregón inaugural del Día del Libro a pesar de que, como ha confesado, es un descreído de lo que significa Sant Jordi.

Jose Oliva

Barcelona, 22 abr.- El escritor catalán Albert Sánchez Piñol ha protagonizado hoy el pregón inaugural del Día del Libro a pesar de que, como ha confesado, es un descreído de lo que significa Sant Jordi.

"Nunca voy a firmar en Sant Jordi", ha dicho antes de asegurar: "Hago Sant Jordi 364 días al año y si después de hablar con los lectores en las bibliotecas, no necesariamente de mis obras, me piden que les firme el libro, lo hago".

Sánchez Piñol, que ha conversado durante casi una hora con el periodista y humorista Toni Soler en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona, ha asegurado que tiene un "buen recuerdo" de Sant Jordi hasta el día en que comenzó a publicar libros.

Su escepticismo sobre lo que significa el Día del Libro arranca de una imagen que le quedó grabada: "en una ocasión vi a un gran autor de novelas y sabio que escribía ensayos históricos que no tenía a nadie a quien firmar y, al lado, había un actor porno con una cola enorme, una cola de gente -ha aclarado entre risas-, una estampa deplorable".

Mañana, cuando muchos de sus colegas firmen ejemplares entre rosas, turistas y aglomeraciones de lectores, Sánchez Piñol marchará fuera de Barcelona, como él mismo ha dicho, cual Woody Allen que no recoge el Oscar porque ha de tocar el clarinete.

Tras decir que "escribir un libro que no leerá nadie es muy fácil", el autor de "La piel fría" ha apostado por "una literatura de calidad y que sea popular".

En su intervención se ha preguntado sobre la función de la literatura: "Sabemos ahora que el dinero sirve para crear una crisis mundial que está a punto de acabar con la Humanidad, pero no es fácil saber para qué sirve la literatura, porque los grandes clásicos son una suma de crímenes, de pederastia, que es realmente atroz".

En una pose totalmente polemista, Sánchez Piñol pone en duda el "valor moral" que puedan tener obras como "La metamorfosis", de Kafka, o "La vaca cega", de Maragall, sangrientas y duras.

En la segunda parte del pregón, el autor ha hablado de su última novela, "Victus", que narra la epopeya de la Guerra de Sucesión en Barcelona en 1714.

La novela descubre que "muchos de los grandes héroes de la Guerra de Sucesión estuvieron en los dos bandos, como el general Antonio de Villarroel".

Con esta novela, Sánchez Piñol ha aprendido, revela, "la capacidad de perseverancia y resistencia de los catalanes y, a la vez, su flema. Podían resistir un bombardeo, pero al mismo tiempo, había personas que se dedicaban a contar las bombas que caían sobre la ciudad: 25.000 bombas cayeron sobre una ciudad que entonces tenía 50.000 habitantes".

Comenta el autor que "los 'botiflers' -partidarios del bando borbónico- no pensaban siquiera que la victoria de los Borbones comportaría la desaparición de los derechos e instituciones, las constituciones, que no eran fueros medievales; y simplemente eran partidarios de Felipe V y no creían que estaría tan loco".

Los hechos históricos constituían un buen argumento literario para Sánchez Piñol: "Un sitio bien hecho no podía durar más de un mes en aquella época y Barcelona resistió 13 meses y al final cayó después de un sangriento asalto".

Agrega el escritor barcelonés que "no es del todo cierto que la causa (austriacista) estuviera perdida de antemano, y al final perdieron porque no tuvieron suerte".

En la conversación con Toni Soler, Sánchez Piñol ha dicho que ya tiene hecho el guión para una posible adaptación cinematográfica de "Victus".

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