Algunos de los mejores momentos navideños del cine

    • Románticos, entrañables, tiernos…, pero a veces también angustiosos y tétricos.
    • Así son algunos de los mejores momentos navideños que el cine ha regalado a los espectadores.
No hay Navidad sin ¡Qué bello es vivir!
No hay Navidad sin ¡Qué bello es vivir!
lainformacion.com

¿Qué tendrá la Navidad que tanto inspira al cine? Quizá sea por los adornos, los villancicos, las luces en las calles, ese ambiente de familiaridad y nostalgia propicio para el romanticismo y los buenos sentimientos… Sea por lo que sea, la lista de películas ambientadas en Navidad se mide por kilómetros y crece un poco más cada año. Aun así, algunas dejan una huella más profunda que otra. Para ir preparándose de cara a la cena de esta noche, nada mejor que elegir algunos de los mejores momentos navideños que ha regalado el cine.

La sentimental magia de Frank Capra

El director Frank Capra era un verdadero mago en eso de hacer soltar al espectador la lagrimilla al final de sus películas. En ¡Qué bello es vivir! (1946) lo conseguía como siempre usando la Navidad como telón de fondo. Por eso no es de extrañar que esta película se reponga año tras año en estas fechas.



La pérdida de Chencho

¿Quién no ha sufrido alguna vez con el pobre José Isbert buscando a Chencho? Es la escena navideña por excelencia del cine español. Ese abuelo de La gran familia (1962) agobiado en la Plaza Mayor de Madrid buscando al pequeño nieto que se ha extraviado en un descuido. Tierna, angustiosa y emocionante. No hay otra escena como esta.



Los guantes del destino

Buscar el regalo apropiado para cada uno en Navidad es una de las tareas más estresantes e, incluso, tediosas de estas fechas. Sin embargo, a veces, el cine aprovecha una circunstancia como esta para hacer que dos extraños se conozcan y enamoren. Un último par de guantes unía los destinos de John Cusack y Kate Beckinsale en la romántica Serendipity (2001).



Así preparan la Navidad los vecinos de Halloween

Aburrido de ser el rey de las calabazadas, Jack Skellington secuestra a Santa Claus y consigue que todo el pueblo de Halloween le ayude a preparar una Navidad un tanto tétrica. No es de extrañar que con un plan así y con Tim Burton de por medio la película se llamase Pesadilla antes de Navidad (1993).




Una declaración de amor en Navidad

Probablemente la escena más recordada de Love Actually (2003) sea aquella en la que Andrew Lincoln le declaraba su amor con carteles a Keira Knightley a la puerta de su casa mientras el marido seguía viendo la televisión tirado en el sofá. Sin embargo, la de aquí abajo es otra. La declaración en portugués de Colin Firth, mucho más sentida si cabe.



Un regalo envenenado

Parecían inocentes mascotas, pero al final los Gremlins (1984) resultaron un verdadero regalo envenenado. Así conoció Billy a Gizmo. Deberían haber sospechado de lo peligroso que era el bicho solo por las raras instrucciones que venían con él.



El toque navideño de Billy Wilder

Qué mejor fecha que la Navidad para que la díscola Shirley MacLaine se diese cuenta que su verdadero amor en El apartamento (1960) era el buenazo de Jack Lemmon. ¡Qué corra el champán para celebrarlo!



Un suicidio cargado de simbolismo

Un ciudadano anónimo, un hombre común y corriente (Gary Cooper) ha anunciado que se suicidará en Nochebuena como protesta. Así arranca Juan Nadie (1941), de Frank Capra. Este es su mensaje.



Los que se pelean se desean

El bazar de las sorpresas (1940) es la clásica historia de dos personas que se odian y acaban enamorándose perdidamente. Mucho ayuda el ambiente navideño y romántico que les rodea. En Navidad, nadie debería estar solo.

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