Andrés de Inglaterra no tiene inmunidad real o diplomática sobre el caso Epstein

  • El hijo de la Reina de Inglaterra no contaría con ningún tipo de protección adicional en caso de que fuera investigado por el escándalo Epstein.
Andrés de Inglaterra
Andrés de Inglaterra

El escándalo Epstein ha hecho el mayor daño de su vida a Andrés de Inglaterra. El hijo de la Reina Isabel se ha visto apartado de todas sus funciones como miembro de la Casa Real después de que este caso, de explotación sexual a menores, le haya salpicado. Varias mujeres aseguran haber mantenido relaciones con él cuando eran menores de edad, algo que aunque él ha negado le está pasando factura. Sobre todo tras la entrevista en la BBC, en la que acabó más perjudicado que beneficiado al defender su inocencia.

Así, Isabel II y el príncipe Carlos decidieron que lo mejor para la corona era apartarle de sus deberes públicos, pues cada vez le daban más personas la espalda. Si bien aquí no acaba todo, porque este caso está judicializado y Andrés de Inglaterra podría tener que declarar o verse involucrado, y en ese caso no goza de ningún tipo de inmunidad real o diplomática.

Esta inmunidad solo la tiene su madre, la Reina, al ser la soberana, como señala 'The Sun' este martes. Esa figura es solo para los jefes de Estado, como es el caso de Isabel II, no para sus familiares. Así, Andrés de York podría tener que declarar ante los investigadores que ya lo han reclamado en Estados Unidos.

En cualquier caso, un experto en Derecho Constitucional explica al rotativo que nadie puede obligarle a acudir a declarar a Estados Unidos, para eso haría falta una orden de extradición. Pero aconseja que lo haga de forma voluntaria si nada tiene que ver con el caso, como él dice.

Además, el príncipe también ha perdido la inmunidad diplomática de la que gozó hasta 2011 como enviado comercial del Reino Unido. El escaso fruto de sus negociaciones y el hecho de que ya estuviera aprovechando ese trabajo para su beneficio personal haciendo amistad con millonarios y jeques árabes hicieron que el Parlamento lo destituyera.

La pasada semana, en su comunicado de dimisión, el duque aseguraba que está dispuesto a ayudar a las autoridades policiales en este caso y colaborar en lo que haga falta. También ha lamentado su amistad con Epstein, quien se suicidó hace unos meses en prisión. Y es lógico, esa amistad le ha supuesto tener que abandonar la cómoda vida que tenía como miembro en activo de los Windsor. Ahora, es un hombre con el que nadie quiere relacionarse ni ser visto.

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