Aprende a rodar tu propio 'Halcón maltés'

La época dorada del cine negro queda muy lejos. Aquellos años cuarenta y cincuenta en los que actores en blanco y negro como Humphrey Bogart llenaban la pantalla con su sola entrada en escena. Ellos, ataviados con sombrero, gabardina y cigarrillo en la boca. Ellas, de cintura fina y con una cadencia al caminar que más parecía que se deslizaban. Revitalizar este género de detectives, misterios, buenos que no lo eran tanto y una estética cercana al expresionismo es el objetivo del Taller de Guión Cine Negro. Un taller organizado por la Academia del Cine y el Sindicato de guionistas ALMA que este año vive su tercera edición.

La idea básica en torno a la que gira el taller es que los asistentes al mismo salgan de allí con todo lo que necesitan saber sobre el género y con un principio de guión bajo el brazo. Quizá alguno sea el germen de un nuevo El halcón maltés. Quién sabe. El programa, compuesto de 12 sesiones repartidas entre el 20 de junio y el 14 de julio (los días 20, 21, 23, 27, 28 y 30 de junio, y 4, 5, 7, 11, 12 y 14 de julio, de 17:00 a 20:00 horas), está compuesto por clases magistrales y prácticas. En la parte más dinámica se incluye el análisis de clásicos del cine negro tanto nacional como internacional, desarrollar un concepto que se ajuste a los cánones marcados por el género y la escritura, que para eso el taller es de guión.

Las clases de los martes están destinadas a encuentros con cineastas. Los ponentes elegidos para esta edición han sido Enrique Urbizu (guionista de La novena puerta y director de La caja 507 y Todo por la pasta), Miguel Ángel Vivas (Secuestrados y Reflejos), Jorge Sánchez Cabezudo (La noche de los girasoles y Crematorio) y Jorge Guerricaecheverría (guionista El día de la bestia, La comunidad y Celda 211). Los lunes y los jueves correrán a cargo del coordinador del taller, David Muñoz (guionista de El espinazo del diablo y La posesión de Emma Evans).

Algunos de los puntos que se tratarán a lo largo de las distintas jornadas del taller serán dilucidar qué es y cómo se define realmente el cine negro. En que se diferencia de otros tan similares como el policíaco o el thriller. Cuál es su estructura narrativa y, sobre todo, su puesta en escena. Quizá sea la temática y la puesta en escena lo que más diferencia al negro del resto de géneros. Ese toque de misterio y oscuridad próximo al expresionismo alemán. Lo cierto es que definirlo resulta complicado. Dice la RAE que es un término que se utiliza para referirse a una novela o película "que se desarrolla en un ambiente criminal y violento".

La mejor manera de entenderlo y hacerse con las herramientas narrativas necesarias para escribir un guión propio sea, probablemente, visitando a los clásicos. Viéndolos, estudiándolos y analizándolos es como realmente se puede aprehender que es el cine negro y qué necesita una película para ser considerada perteneciente a este género. El halcón maltés es todo un hito, pero estar a su nivel no es algo sencillo. De hecho, la versión buena, la protagonizada por Bogart y que dirigió John Huston en 1941 fue en realidad un remake de una anterior que pasó sin pena ni gloria y de la que pocos se acuerdan.

Entre los grandes títulos que ha dado este género que vivió sus años más prolíficos entre los cuarenta y los cincuenta se encuentran películas como Sed de mal (Orson Welles, 1958), El sueño eterno (Howard Hawks, 1946) y El tercer hombre (Carol Reed, 1949). A España el cine negro llegó ya en los cincuenta. Señalan desde la Academia que todo empezó con Apartado de correos 1001 (Julio Salvador, 1950) y Brigada criminal (Ignacio F. Iquino, 1950). Quienes quieran saber más solo tienen que darse a los clásicos o apuntarse al Taller de Guión de Cine Negro que arrancará el próximo 20 de junio. El plazo de inscripción ya está abierto y el precio de matrícula es de 300 euros.