Arcade Fire despierta el Rock in Rio Lisboa con su orquesta global

  • La banda canadiense Arcade Fire despertó hoy a Lisboa con un potente espectáculo de su orquesta global en la cuarta jornada del Rock in Rio, que también contó con la voz sensual de la joven neozelandesa Lorde.

Susana Irles

Lisboa, 31 may.- La banda canadiense Arcade Fire despertó hoy a Lisboa con un potente espectáculo de su orquesta global en la cuarta jornada del Rock in Rio, que también contó con la voz sensual de la joven neozelandesa Lorde.

Los de Montreal cerraron con dos horas de repertorio la fiesta del escenario principal en el penúltimo día del festival, que celebra este año su décimo aniversario.

Los canadienses supieron reafirmarse en el palco y demostraron que el indie rock también puede atraer a las multitudes y divertir sin pausa hasta el final.

Para ello, el grupo multi-instrumental recorrió toda su discografía desde su álbum debut "Funeral" (2004) al más reciente "Reflektor" (2013) sin defraudar en una osada puesta en escena.

La épica de su éxito "Wake up" bajó el telón al son de imponentes tambores en un final que dejó al público coreando una vez encendidas las luces.

El inicio tampoco fue para menos. Espejos gigantes aparecieron arriba del escenario simbolizando la filosofía de su último disco -el reflejo- y un muñeco cubierto de más destellos cruzó el parque de Bela Vista en tirolina.

La pareja Win Butler y Rézgine Chassagne subieron al escenario acompañados de otros once músicos y ofrecieron su habitual orquesta de xilófonos, violines, saxofones, panderetas e instrumentos de bambú y metales reciclados.

Con cuidado y exquisitez, ambos desmenuzaron éxitos de su primer disco como "Tunnels" o "Rebellion Lies" y los combinaron con la madurez de temas su tercer álbum (The Suburbs, 2010) como el sencillo "Rococó".

Del oscuro álbum "Neon Bible" (2007), que fue grabado en una catedral, ofrecieron el pop barroco de "No cars go", aunque tampoco olvidaron dar frescura a la noche con los sonidos tropicales de "Haití" y "Brazil", que Chassagne bailó encantada.

Antes, con la tarde aún cayendo en el parque Bela Vista, el escenario principal empezó a vibrar con el cantautor británico Ed Sheeran, que se entregó como un agitador, guitarra en mano, a su soul-folk aderezado de hip-hop.

El pelirrojo, de 23 años, ha sido una de las sorpresas musicales más frescas de la música inglesa reciente y optó en 2012 a cuatro premios en los "Brit Awards", de los que conquistó dos, el de mejor artista masculino y artista revelación británico.

En Portugal, presentó algunos temas de su próximo disco "X" (Atlantic Records), que saldrá a la venta en junio, y reanimó a saltos en esa especie de folk de boxeo a los asistentes con sencillos como "I see fire" o "You need me, I don't need you".

La siguiente exquisitez musical de la noche lisboeta en el Palco Mundo fue Lorde, el nombre artístico de la neozelandesa Ella Yelich-O'Connor.

La cantante, de 17 años, enderezó la noche hacia su pop-electrónico amable frente a una multitud que se dejó llevar con su pegadizo éxito "Royals" con el que ha conquistado dos Grammy en la última edición de los premios.

La firme voz de la joven entonó los populares sencillos "Team" y "Tennis Court" y su mapa de concierto siguió casi al detalle su disco debut "Pure heroine" (Universal Music, 2013).

El festival se cierra este domingo con la actuación del polifacético estadounidense Justin Timberlake y a su paso ya dejará recuerdos épicos como la entrada sorpresa en el escenario de Bruce Springsteen en el concierto de los Rolling Stones del jueves.

El británico Robbie Williams inauguró el domingo pasado esta sexta edición lisboeta y el sonido de rock áspero de Linkin Park y Queens of the Stone Age arrastró este viernes a cerca de 70.000 asistentes.

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