Ariadna Gil: "El que no ha entrado en una sala no sabe lo que es ver cine"

  • Alicia G. Arribas.

Alicia G. Arribas.

Madrid, 24 jun.- Ariadna Gil, que el próximo 12 de julio estrena en España "Sola contigo", un "thriller" hipnótico y oscuro del que es protagonista absoluta, está convencida de que ir al cine es una experiencia irrepetible que las nuevas generaciones se están perdiendo por el "mal hábito" de ver películas en el ordenador.

"El que no ha entrado en una sala no sabe lo que es el cine", asegura en una entrevista con Efe la actriz ganadora de un Óscar compartido por "Belle epoque" (1992), que le dio su, de momento, único Goya como mejor actriz principal, en una carrera con más de 40 largometrajes, con títulos como "Lágrimas negras", "El laberinto del fauno", "Amo tu cama rica", "Alatriste" o "Soldados de Salamina".

Aunque reconoce que la crisis de espectadores no es un problema único de España, sí considera que es más acusado aquí por la diferencia de "cómo se trata, cómo se cuida, cómo se habla de él a todos los niveles, y cómo se educa en la cultura del cine. No puedes obligar a la gente por la calle a que vaya al cine, es un acto de libertad", subraya.

Y los que elijan "Sola contigo" se encontrarán con un recital interpretativo de la versátil Gil, hoy enfundada en un mono negro que destacaba aún más la blancura de su piel y su sonrisa, que, por cierto, no aparece ni una vez en la cinta.

"Es que esta mujer está en un infierno, comida por la culpa. Lleva años castigándose por algo que pasó y no ha podido remediar; vive en una especie de letargo" al que le ha llevado un error del que no es capaz de recuperarse, explica.

"Lo que le pasa a esta mujer, que es alcohólica, le puede pasar a cualquiera; un despiste, y tu vida puede cambiar radicalmente", advierte.

"Sola contigo", rodada íntegramente en Buenos Aires, cuenta la historia de una mujer divorciada que tiene una orden judicial que le impide ver a sus hijas, aunque lo intenta, mientras un desconocido le anuncia por teléfono que la matará, pero antes debe saldar cuentas con aquellos a los que hizo daño.

El guion, también escrito por el director argentino Alberto Lecchi, con el que Gil ha rodado otras tres películas, "enganchó muchísimo" a la actriz, sobre todo por "esa sensación de buscar los por qué" del personaje que le impactó mucho.

"Me pareció un desafío brutal, porque es muy contenido, y a la vez, constante. No es un personaje simpático ni empático", explica.

"Es un drama muy interior, pero también es género puro: la estructura de la película es un 'thriller' clásico donde hay un asesino que no sabes quién es y no es hasta el final cuando lo descubres todo y todo te encaja. Para mi -señala Gil- es ese cine negro que te deja pensando: ¡ah, claro, era 'esto'!, y me encanta".

"Esto", como dice Ariadna, son mentiras tras mentiras artesanalmente hilvanadas por Lecchi, que decide otorgar al protagonista masculino, un inspector de policía al que da vida Leonardo Sbaraglia, la habilidad del diablo para manejar el caso.

"Solo hay un personaje sincero", explica Lecchi a Efe, Florencia, la secretaria y amiga de María Teresa (Sabrina Garciarena), pero el resto son "incluso peores que ella".

El trabajo, explica el director, fue una especie de puzzle, "muy complejo desde el punto de vista de la dirección (...), porque lo que había que mostrar no era la verdad; era difícil de delinear", por lo que precisó de la complicidad de los actores.

Después de once largometrajes, entre ellos, la premiada "Nueces para el amor" (2000) también con Gil, Lecchi se define como un director sin referentes "fanáticos" -"puedo salir de una película de un grande y decir 'no me gustó'", explica-, y confiesa que le tiene "un miedo atroz al éxito y al fracaso", un miedo "patológico".

Reconoce la preocupación por la desafección del público español a las salas: "Es normal en una crisis que la gente cuide más su bolsillo, pero lo que pasa es que ahora hay dos películas pochocleras americanas que copan las salas y parece que si no vas a verlas eres un tarado, cuando es al revés", ironiza.

"Pero yo tengo esperanzas -apunta-, cuando salió el vídeo también parecía que se moría el cine, pero a la larga, se va a ver que el cine se tiene que ver en el cine; será difícil y habrá que descubrir otra manera de solventar las películas porque si no, no se podrá recuperar la inversión, pero ese es el gran trabajo", resume.

La cinta no llegará a las salas argentinas hasta el mes de octubre.

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