Bilbao: termómetro del verano y bastión taurino de Euskadi

  • Paco Aguado.

Paco Aguado.

Bilbao, 16 ago.- Las Corridas Generales, denominación tradicional de la feria taurina de Bilbao, comenzarán mañana sábado con el valor añadido de haberse decantado como el gran bastión de la tauromaquia en el País Vasco, una vez que este año no ha habido toros en la Semana Grande de San Sebastián.

La prohibición encubierta que ha supuesto la negativa del ayuntamiento donostiarra de Bildu a que se celebren festejos en un coso de propiedad municipal, le ha dado a la feria bilbaína una especial relevancia, que se suma a su ya clásica importancia como uno de los ciclos más determinantes de la temporada, junto a los de Sevilla y Madrid.

En ese sentido, la Junta Administrativa que rige la lujosa plaza de Vista Alegre ha diseñado este año un abono de calidad y con muchos atractivos para el aficionado, tanto para el autóctono como para los miles que recibe la ciudad al reclamo de su feria.

Sobre esa base, fuentes de la entidad han manifestado a EFE que esperan igualar o incluso superar los buenos resultados de 2012, cuando, a pesar de la crisis, los festejos bilbaínos arrojaron beneficios cercanos a los 600.000 euros, como muestra de la buena salud taurina de la capital vizcaína.

Para esta edición, además, la Junta Administrativa ha sacado a la venta un cupo de abonos para menores de 25 años con un descuento del cincuenta por ciento, en una ya extendida política de fomento de la afición.

En principio, los carteles de más tirón de las Corridas Generales de 2013 son los que reúnen a las figuras que hacen doblete en los carteles, aunque una de ellas, "Morante de la Puebla", será forzosa ausencia tras el grave percance sufrido en Huesca. Uno de los dos puestos del diestro sevillano, el día 19, será ocupado por Alejandro Talavante, que en principio había quedado fuera de la feria.

En el grupo de toreros que harán dos paseíllos en Bilbao están "El Juli" y Enrique Ponce, ambos repetidos triunfadores en esta plaza, pero también el vizcaíno, de Orduña, Iván Fandiño y Miguel Ángel Perera, que se enfrentarán en uno de los tres mano a mano del abono.

Fandiño y Perera, dos de los toreros más regulares del momento, se verán las caras el viernes 23 ante toros de Fuente Ymbro, en un esperado enfrentamiento que no ha tenido un buen precedente anteayer, y con la misma ganadería, en la plaza francesa de Dax.

Además del que abrirá el ciclo entre los rejoneadores Hermoso de Mendoza y Leonardo Herández -con la polémica ausencia de Diego Ventura-, el otro de los duelos estelares del abono será el que el lunes vuelva a reunir a "El Juli" y a José María Manzanares, esta vez con toros de El Pilar.

Pero, con el paso de la temporada, tampoco este mano a mano ha sumado precedentes de auténtica rivalidad, dados sus pobres resultados en Valencia y Huelva, donde además el ganado dejó mucho que desear en cuanto a juego y, sobre todo, presentación.

Con todo, esa falta de trapío es improbable en una plaza como la de Bilbao, a cuyo ruedo de arena ferruginosa salta un toro de sobrada presencia y cuajo que da importancia y valor a todo cuanto hagan sus matadores, ante una afición elegante pero que sabe lo que ve.

Ganaderamente hablando, el ciclo bilbaíno es también uno de los más variados en cuanto a encastes y procedencias, sin que el dominio de la sangre Domecq sea tan apabullante como en otras citas del año.

Los "santacolomas" de La Quinta, los "lisardos" de Adelaida Rodríguez, los "núñez" de Alcurrucén y los "albaserradas" de Victorino Martín le dan a la feria la variedad ganadera que siempre demanda el aficionado.

Esa variedad también es patente en la lista de toreros anunciados, pues, además de figuras, hay sitio para diestros emergentes como Jiménez Fortes, Manuel Escribano, Alberto Aguilar o Rubén Pinar, así como para "expertos" en el "toro del Norte", como Diego Urdiales, "El Cid", Antonio Ferrera, Luis Bolívar, Javier Castaño, David Mora y Juan José Padilla.

Las Corridas Generales serán para todos ellos una verdadera prueba de fuego ante unos astados y una afición que de siempre fueron, por exigentes, el verdadero termómetro del verano taurino, el que marca el auténtico estado de forma de los toreros al margen del tráfago de festejos en cosos de menor categoría.

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