Chromatics y su pop electrónico intimista lleva la calma al Sónar

  • Es media tarde, el sol calienta con fuerza y se empiezan a escuchar sonidos electrónicos. Y, de golpe, sale ella, la vocalista de Chromatics, Ruth Radelet. Saluda, sonríe y empieza a adornar con su preciosa voz una tarde que ya era hermosa por sí sola. Y el público, claro, maravillado.

Aitor Álvarez García

Barcelona, 15 jun.- Es media tarde, el sol calienta con fuerza y se empiezan a escuchar sonidos electrónicos. Y, de golpe, sale ella, la vocalista de Chromatics, Ruth Radelet. Saluda, sonríe y empieza a adornar con su preciosa voz una tarde que ya era hermosa por sí sola. Y el público, claro, maravillado.

La jornada más potente del Sónar de día ha arrancado con calma, con melodías suaves y voces agradables, como la de Ruth Radelet y su grupo Chromatics, que han deleitado a un público vestido de corto y que ha disfrutado del sol y el fuerte calor de Barcelona con una cerveza en la mano.

Canciones como 'The River' o 'Kill for love' han relajado a los asistentes, después de la intensa noche de ayer, en la que Kraftwerk o Skrillex, entre otros, impusieron su revolución electrónica e impregnaron de fiesta el recinto nocturno del festival.

Esta banda de Portland (Estados Unidos) ha ofrecido un concierto muy trabajado, frente a un público con ganas de encarar el último gran día del Sónar 2013 con buena música, siempre equipado con gafas de sol, pantalones cortos y una sonrisa en la cara.

Durante una hora de concierto que ha sabido a poco, Chromatics ha combinado la excepcional voz de Ruth Radelet con sonidos electrónicos, en un mestizaje que ha recordado, en muchos momentos, al excelente y joven grupo británico The XX.

El espectáculo ha terminado con 'Into the black', una canción muy pausada, muy delicada, en la que el grupo ha conseguido un mar de brazos en alto, de sonrisas, de abrazos y de parejas mostrando su cariño. Y, por supuesto, una gran ovación final.

Pero la tarde en el recinto de la Fira de Barcelona, en Montjuïc, ha dado para mucho más. El escenario SonarVillage ha acogido conciertos de mucha calidad, como el que ha ofrecido Skip & Die.

Este grupo formado por una vocalista sudafricana y un productor holandés ha hecho que todo el público del césped artificial del recinto se haya puesto en pie, con canciones como 'Love jihad' y su estilo tribal y colorista, alegre y desenfadado, pero a la vez vanguardista y eléctrico.

En el mismo escenario, el más grande del Sónar de día, la kuwaití Fatima Al Qadiri, nacida en Dakar, criada en Kuwait y residente en Nueva York, ha ofrecido su música como una expresión de su periplo vital y de todo lo que la rodea. La joven DJ ha mezclado en su actuación sus raíces con las nuevas corrientes de la electrónica de Europa y Estados Unidos.

Otros grandes nombres de la tarde han sido Aluna George, que después de triunfar en las listas de éxitos británicas ha aterrizado en Barcelona, o Beardyman, el 'beatboxer' que ha revolucionado el 'tecno' con una aplicación genuina que graba y reproduce su propia voz en el transcurso del concierto.

En el panorama local no se puede dejar de mirar hacia Sara Galán & Edu Comelles: Cello + Laptop, un dúo de Barcelona todavía poco conocido que combina un violonchelo con la música electrónica. Con esta mezcla tan ideal el grupo ha conseguido resultados realmente bellos y no ha permitido que el calor infernal que hacía al mediodía en la Fira de Montjuïc les estropeara el espectáculo.

Y el sol se ha mantenido como amigo inseparable del Sónar durante toda la tarde, hasta que su caída y su fusión con la ciudad de Barcelona ha marcado el camino hacia la última gran cita, la noche del sábado, en la que los incondicionales del festival tendrán que demostrar que están a la altura de lo que les espera: el segundo concierto de Pet Shop Boys, Jurassic 5 y Justice DJ set, entre otros.

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