¿Cómo preparar el té perfecto y deleitar a los invitados?

    • El British Standars Institution (BSI) responde a la eterna polémica de si la leche se echa antes que el té o no: siempre primero.
    • Las hojas deben reposar seis minutosen el agua, que nunca debe estar por encima de los 85 grados, y alcanza su punto óptimo a los 60 grados.
Cameron tomando una taza de té
Cameron tomando una taza de té
S.P.

Los británicos, entre otros, son unos enamorados del té y este ha llegado a 'colonizar'hasta las más altas esferas de la vida cotidiana en Reino Unido. Pero si hay algo que ha creado polémica siempre a la hora de seguir el protocolo es la leche. ¿Se sirve antes o después que el té?

El British Standars Institution (BSI) ha dado respuesta a esta eterna pregunta y no se ha olvidado de dar las claves para que los invitados queden encantados con la sobremesa invadida de té.

Su informe advierte que primero hay que verter la leche en una taza de porcelana (unos 2,5 mililitros) y luego se echa el té. Las hojas deben reposar seis minutos en el agua, que nunca debe estar por encima de los 85 grados, y alcanza su punto óptimo a los 60 grados.

Recomiendan utilizar dos gramos de té por cada cien mililitros de aguas. Además, es importante que la infusión quede seis milímetros por debajo del borde de la tetera.

Esta conclusión no concuerda con la del popular George Orwell, que en su corta vida dio algunas claves de la vida cotidiana de los ingleses. Él aseguraba que lo primero era el té y después la leche, coincidía con la esta auditoría de calidad en que la taza de porcelana es vital para disfrutar de una buena infusión y odiaba profundamente aquellas que se servían con bolsita en vez de con hojas.

"La escuela de 'la leche primero'puede tener muy buenos argumentos, pero yo sostengo que mi propio argumento es más importante, y éste es, que al poner el té primero y revolverlo, uno puede regular exactamente la cantidad de leche, de lo contrario, se puede poner demasiada", apuntaba Orwell.

En cambio, el argumento de los especialistas al realizar experimentos en la Universidad de Loughborough, es que si se pone la leche después del té, las temperaturas de ambos líquidos se calientan de una forma diferente, haciendo que las proteínas de la leche se agrupen y afecten el sabor del té negativamente.

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