El cómic sigue ganando discípulos como soporte de un periodismo de rigor

  • Importa el rigor, no el soporte. Esa es la consigna de los creadores que utilizan el cómic como vía legítima para sus trabajos periodísticos "documentales" sin temor a críticas por la subjetividad que conlleva una viñeta, y entre ellos están el veterano Joe Sacco, el curioso Guy Delisle y la joven Sarah Glidden.

Sergio Andreu

Barcelona, 6 may.- Importa el rigor, no el soporte. Esa es la consigna de los creadores que utilizan el cómic como vía legítima para sus trabajos periodísticos "documentales" sin temor a críticas por la subjetividad que conlleva una viñeta, y entre ellos están el veterano Joe Sacco, el curioso Guy Delisle y la joven Sarah Glidden.

Glidden, estadounidense, de 32 años, con varios premios en su haber, y que visita Barcelona con motivo del Salón Internacional del Cómic, prefiere huir de encasillamientos cuando le piden que defina su trabajo de no ficción.

"Depende de lo que tenga entre manos. Si solo trabajo texto, entonces mi papel es de escritora, cuando realizo un reportaje ilustrado soy periodista gráfica, mientras que si estoy contando una historia actúo como una autora de cómic", explica a Efe.

Glidden ha realizado diversos reportajes ilustrados sobre Oriente Medio -"Estado de Palestina" y "Sala de espera" se pueden leer gratuitamente en la plataforma CIMOC.com- donde documentó el activismo de un artista palestino y los problemas de los refugiados provocados por la guerra de Irak que viven en Siria.

Es autora de "Una judía americana perdida en Israel" (Norma) una obra en la que contaba sus experiencias en el transcurso del viaje que hizo a este país para reencontrarse con sus raíces hebreas, y que se enmarca en esa tierra de nadie existente entre el cuaderno de viajes y la autobiografía documental.

Este diario donde intentaba acercarse sin prejuicios al conflicto palestino le sirvió de aprendizaje para trabajos posteriores, el tratar los puntos de vista y "ser honesta" con lo que trasladaba a las viñetas.

"El periodismo tiene una ética y cuando estoy haciendo periodismo gráfico pienso en sus reglas, pero tiene que quedar claro que igual de subjetivo puede ser un reportaje de texto, donde también se escogen unas palabras", explica Gidden.

Joe Sacco, quizás el nombre más representativo de este grupo de autores, es consciente de las reservas que genera el cómic como forma de ejercer periodismo.

Sacco, que se implica en sus propias obras donde él mismo aparece como el periodista que pregunta e investiga, que dibuja "con la verdad esencial en la mente no con la literal", asegura no tener problemas con los conceptos de "objetividad" y "ecuanimidad".

"Para bien o para mal, el cómic es un medio inflexible, obliga al periodista de cómics a tomar decisiones y esto es parte del mensaje", remarca el autor en "Reportajes" (Mondadori) su último libro que acaba de salir al mercado.

"Reportajes" es una antología con varios de los trabajos de investigación que ha realizado para la prensa internacional en zonas de guerra y conflicto del siglo XXI.

Este norteamericano de origen maltés vuelve a componer a base de entrevistas (y fotografías, luego reconvertidas en ilustraciones) unas piezas de periodismo compacto y directo sobre los juicios a acusados ante el Tribunal Penal de La Haya, la situación de las mujeres chechenas refugiadas, la inmigración africana, o la pobreza de los dalits, los llamados intocables.

La brillantez del depurado estilo de Sacco va a saltar al cine, ya que el director Denis Villenueve, que adaptó la premiada "Incendies", hará lo mismo con "Notas a pie de Gaza", un reportaje del periodista sobre un episodio casi olvidado.

Los trabajos del francocanadiense Guy Delisle recuerdan a esos programas de televisión que siguen a compatriotas por el mundo, aunque en este caso, con una mirada mucho más reposada y un fino humor, fruto de la perplejidad que le provoca lo que rodea.

Gracias a sus estancias por motivos profesionales, o acompañando a su mujer -miembro de Médicos Sin Fronteras- en ciudades y países como Pyongyang, Birmania o Schenzen, Delisle ha construido una serie de novelas gráficas en forma de "crónicas" sobre estos parajes tan ajenos a una visión occidental.

En su reciente "Crónica de Jerusalem" -Mejor álbum del Salón del Cómic de Angoulême 2012- vuelve a utilizar esa peculiar estructura narrativa: vagabundea por las ciudades, como un observador curioso, intentado hablar con la gente, descubriendo lugares y formas de pensar distintas y evitando, en la medida de lo posible, adoctrinar a nadie.

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