El escritor Murakami cree que "tienen que escribir historias para animar al pueblo japonés"

  • Barcelona.- El escritor japonés Haruki Murakami, que mañana recibirá el XXIII Premio Internacional Catalunya, considera que los autores de su país deben trabajar en el futuro en historias y novelas que ayuden a "animar" a sus compatriotas, después de una tragedia como la del terremoto y el tsunami del último marzo.

El escritor Murakami cree que "tienen que escribir historias para animar al pueblo japonés"
El escritor Murakami cree que "tienen que escribir historias para animar al pueblo japonés"

Barcelona.- El escritor japonés Haruki Murakami, que mañana recibirá el XXIII Premio Internacional Catalunya, considera que los autores de su país deben trabajar en el futuro en historias y novelas que ayuden a "animar" a sus compatriotas, después de una tragedia como la del terremoto y el tsunami del último marzo.

Durante una rueda de prensa celebrada hoy en la Generalitat, el novelista ha reconocido que está a la espera de que le aparezca "la musa" para iniciar un nuevo proyecto literario en esa dirección, aunque no ha escondido que después de su obra "1Q84" ha quedado vacío y que quizá no estará a punto hasta dentro de un año.

Acompañado por el presidente delegado del jurado del Premio Internacional Catalunya, Xavier Rubert de Ventós, Murakami ha aseverado que los japoneses están habituados a sufrir desastres, pero a causa de la crisis nuclear actual están en estado de shock y sin saber muy bien qué ocurrirá después.

"Nos preguntamos -ha indicado- hacia dónde tenemos que tirar. Estamos perdidos, sin orientación. Cuando acabó la Segunda Guerra Mundial tomamos el camino recto hacia la riqueza y la paz y soñamos con un país rico y pacífico, pero estos sueños han desaparecido. Estábamos embelesados con nuestro poder técnico, pero ahora estamos desorientados, aunque creo que nos recuperaremos".

Respecto a su oficio como escritor, que inició cuando tenía 29 años, sin pensar antes que se podría dedicar al mismo, ha subrayado que escribe por el deseo de "contar buenas historias".

También ha señalado que aunque tiene sus propias opiniones políticas y valores, "básicamente soy un escritor, de manera que esa es la razón por la que sigo ahí".

Ha advertido que las historias le surgen de manera natural. "No encuentro ninguna dificultad a la hora de escribir", mientras que sí era más complicado, cuando tenía veinte años, regentar un club de jazz en Tokio.

"Cuando escribo -ha dicho- veo imágenes y una serie de instrucciones en mi mente, que sigo. No sé ver el sentido y el significado de esas visiones e imágenes. Simplemente, escucho esas voces y las sigo".

Es por este motivo, ha destacado, que son cada uno de sus lectores los que tienen que interpretar como quieran sus historias. Y dirigiéndose a los periodistas de la sala ha aseverado: "Tenéis libertad absoluta, el libro está dedicado a vosotros y espero que disfrutéis con él", en referencia a su última obra.

Preguntado por el hecho de que en sus historias siempre hay duras escenas e incluso asesinatos relatados sin obviar gotas de sangre, Haruki Murakami ha precisado que él es una persona "amable, tierna y suave, sin ninguna tendencia a la amargura".

Pero ha reconocido a la vez que cuando escribe novelas, no sabe por qué razón, "aparecen escenas brutales, duras, que me incomodan, pero que profundamente creo que debo hacer, hay alguna fuerza que me empuja".

En su comparecencia, el autor de "Tokio Blues" ha opinado que no es muy popular entre la crítica de su país, porque es "diferente" a otros narradores japoneses, pero "los lectores siempre han estado de mi parte -ha dicho-, lo que me hace sentir satisfecho".

Contento de ser quien es, Murakami se ha autocalificado como "una esponja" que lo absorbe todo, y que tanto se siente cómodo con Stephen King y Dostoievski que con series como "Los Soprano" y "Lost" o con grupos como Radiohead, aunque también disfruta con las grandes sinfonías de música clásica. "Yo soy así", ha apuntado.

Sobre qué opina del Premio Internacional Catalunya, ha señalado que ha recibido otros reconocimientos a lo largo de su carrera como el Franz Kafka hace unos años, pero nunca se sienta ante el ordenador pensando en ello.

"Ahora bien, si recibo premios es algo que me hace sentir contento y es una recompensa a un trabajo durísimo", ha reconocido.

En este caso, sin embargo, ha encontrado un pero y es que, viendo los otros premiados de convocatorias anteriores (desde Claude Lévi-Strauss a Jimmy Carter, el año pasado), "siento -ha dicho- que me estoy haciendo mayor, porque muchos de estos premiados son gente mayor".

El jurado decidió concederle el premio al entender que su narrativa "ha trascendido su ámbito cultural" y se ha convertido en un referente mundial, así como por la creación de una obra y un universo personal y por "constituir un puente literario entre Oriente y Occidente, capaz de conjugar los dos mundos".

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