Beatriz Valdés falleció en febrero de 2019

Baile de títulos y disputas por la herencia de la suegra de Esperanza Aguirre

  • El cuadro de Goya que vendió Fernando Ramírez de Haro provocó una brecha difícil de cerrar. También hay tierras sin 'adjudicar'.
Esperanza Aguirre
Esperanza Aguirre
EFE

Los enfrentamientos a causa del legado económico de Beatriz Valdés, suegra de Esperanza Aguirre y madre de su esposo el aristócrata Fernando Ramírez de Haro, se suceden desde su fallecimiento en febrero de 2019. Los choques han ido perdiendo intensidad pero, cuando se cumple un año de su muerte, aún quedan temas pendientes, como el patrimonio inmobiliario sin repartir. El marquesado de Casa Valdés ha cambiado tres veces de dueño desde el pasado invierno, a lo que se suma la herida aún abierta por un retrato de Valentín Bellvís de Moncada y Pizarro, obra atribuida a Francisco de Goya, que acabó en manos del marido de Esperanza Aguirre.

Para entender los problemas hereditarios de los Ramírez de Haro, una de las familias aristócratas que siguen conservando un gran poder económico y social, hay que remontarse al año 2010, cuando murió el marido de la difunta marquesa, Ignacio Fernando Ramírez de Haro y Pérez de Guzmán. Este militar optó en su herencia no por favorecer a su hija mayor, Beatriz, sino a su primer varón, Fernando, el esposo de la exlíder del Partido Popular. Por ello, el resto de hermanos -Beatriz, Íñigo, Javier y Gonzalo- pide más equidad en el reparto de la herencia de su madre.  

El patriarca respetó el mayorazgo, una figura obsoleta que favorece en la nobleza a un heredero frente al resto para evitar que los grandes patrimonios se dispersen. Fernando se convirtió así en el conde de Bornos, además de hacerse con varios terrenos: una finca de 983 hectáreas en Ávila y cinco más que suman 1610 hectáreas en la provincia de Guadalajara. 

Quesos, medio palacio, tierras... y un Goya

En las tierras alcarreñas se sitúa la quesería que gestiona a través de Corrales Nuevos Artesanos SL, cuyos quesos se degustan en las cafeterías de tres instituciones públicas: el Congreso, la Asamblea de Madrid y el Club de Campo Villa de Madrid (propiedad en un 51% del Ayuntamiento de la capital). Lo hizo a través del Grupo Cantoblanco, propiedad de Arturo Fernández, un amigo de la infancia de Aguirre.

El marido de la expresidenta de la Comunidad de Madrid recibió igualmente la mitad del palacete familiar, situado en la calle Jesús del Valle de Madrid. También se hizo con el cuadro de Goya, que después vendió sin decírselo a sus hermanos. Este acto hizo que lleve inmerso en un litigio judicial con su hermano Íñigo desde 2013, al pedir éste parte del dinero que obtuvo por la transacción. Su comprador fue el empresario y expresidente de OHL Juan Miguel Villar Mir, que pagó 5,1 millones de euros.

Palacete madrileño donde vive Esperanza Aguirre y su esposo, en Madrid.
Palacete madrileño donde vive Esperanza Aguirre y su esposo, en Madrid. / Google Maps

Repartir títulos para limar asperezas

¿Qué novedades trajo el fallecimiento de la suegra de Esperanza Aguirre? Primero, el título de marquesa de Casa Valdés recayó en la primogénita de la familia, Beatriz, de 71 años, un hecho que sirvió para limase asperezas con su hermano Fernando. Ahora, la septuagenaria marquesa acaba de solicitar al ministerio de Justicia donar este título en vida a su hija primogénita, Isabel. El marquesado aún no ha encontrado su titular definitivo pero la relación entre Aguirre y su cuñada Beatriz se ha restablecido. 

Por otro lado, hay patrimonio inmobiliario aún sin repartir, un asunto en el que el esposo de la expresidenta de la Comunidad no puede alzar mucho la voz si quiere seguir acercando posturas con sus hermanos. ¿Qué queda aún a nombre de la fallecida? Más de 500 hectáreas de terrenos rústicos, ubicados sobre todo en la provincia de Guadalajara, en las inmediaciones del pantano de Entrepeñas, un lugar que en época franquista pretendió convertirse en la playa de Madrid. También hay tierras y bienes inmobiliarios en Asturias, lugar de procedencia de la familia de la fallecida marquesa. 

Beatriz Valdés era la nieta del primer marqués, Félix Valdés de los Ríos, que recibió el título de la reina Isabel II en el siglo XIX. Concretamente, los terrenos sin repartir abarcan cinco hectáreas y están en Soto del Barco. La Casa de los Valdés tiene además una casona solariega en Pravia, donde Esperanza Aguirre y su esposo pasan parte de sus veranos. Todo esto está aún pendiente de reparto. ¿Renunciará la pareja a sus veraneos asturianos?

Mostrar comentarios