En la crisis de 2008

Ibai con Évole: "Mi padre ha llegado a quedarse sin comer algún día"

Ha hablado de su pasado, de cómo vive ahora, de cómo rechazó a bancos y casas de apuestas como anunciantes...  y ha confesado que le echaron de un restaurante por ir en pantalón corto. 

Ibai Llanos con Évole
Ibai Llanos con Évole
La Sexta

"Creo que por primera vez estoy más cerca del padre que entrevisto que del entrevistado". Así empezaba ayer Jordi Évole su programa en La Sexta al streamer Ibai Llanos. "Mi casa de 70 metros en Bilbao es más pequeña que su salón", reconocía su padre. No tiene miedo a que se le vaya la cabeza, "me preocupaba más al principio por si le afectaban las críticas". "Antes me conocían por mi nombre, Javier, y ahora soy el padre de Ibai". Sigue siendo un currante porque "el que tiene el éxito es él" y "me ha ofrecido un coche porque el mío tiene 15 años", pero no lo quiero, "no sé ni el dinero que tiene". Durante la entrevista Ibai confiesa que "mi padre ha llegado a quedarse sin comer algún día" cuando llegó la crisis de 2008. De su sueldo reveló que solo en suscriptores gana 120.000 dólares al mes. 

Ibai se levanta para la entrevista a las diez de la mañana porque "tengo un buen horario desde hace tiempo porque hago directos hasta las doce de la noche y no es muy rentable levantarme a las siete de la mañana si tengo que tener energía tan tarde". Vive de alquier en la casa que en su día tuvo Samuel Eto'o junto a sus compañeros de proyecto: "Éramos los mejores amigos, la banda del patio". Al mes pagan "unos 15.000 euros".

Con 25 años vive con sus amigos y compañeros de trabajo de 23, 32 y 36, "el abuelo". "Yo soy streamer, una persona que hace directos en una plataforma". Intenta explicar que cada día "haces directos como si fuer aun programa de televisión el contenido que te apetezca y se puede hablar de cualquier cosa". Tanto que un día lo hizo de una carrera de canicas. 

Évole confiesa que muchos hijos "la mayor parte del tiempo te están viendo a ti". No sabe lo que les da para tener millones de seguidores pero "puede que se lo pasen muy bien". Y confiesa: "Si yo fuera un padre y tuviera un hijo de 17 años probablemente criticaría a Ibai".

Todo empezó en 2010 con un canal de Youtube "con mis amigos de clase cuando Youtube era la nada y no se sabía que se podía ganar dinero".  En "mi peor época estaba todo el día activo... hasta 16 horas", confiesa. Y tiene un consejo para los padres con hijos así: "Intentaría hablar con él si solo está delante del ordenador sin hacer caso a nada más". Y lo explica: "Hay muchos chicos que lo hacen como vía de escape de su problemas porque lo pasa mal en clase, trabajo o universidad". 

En 2014 ya le pagaron por retransmitir una partidos de videojuegos. Estaba en la habitación de su casa. Cinco años después "volaba". De su niñez recuerda cómo iba con su abuelo a barrios desfavorecidos por las urgencias médicas. Echa de menos a toda su familia. "Nadie se esperaba que me dedicara a esto y me fuera así". Cuando se publicó que ganaba más de un millón de euros al año "se equivocaron" pero "gano bien". 

En sus directos siempre dice "no quiero que la gente sea como yo porque me da miedo que los chavales tengan como objetivo ser streamer porque es un caso entre millones y siempre les animo a que hagan directos pero prioricen sus estudios porque es la vía más fácil para encontrar curro y poder hacer tu vida". Y se pone de ejemplo "hasta que no tuve un trabajo no me mudé a Barcelona". 

La situaicón económica en su casa "era muy buena al principio pero llegó la crisis de 2008 y a mi padre le quitaron del turno de noche y empezó a ganar menos dinero, mi madre se quedó sin trabajo y mi padre tuvo muchas deudas". Recuerda que siendo un chico "le llamaban de Cofidis". Por esas deudas le embargaron parte del suelo "y hubo muchos problemas económicos". Y eso le marcó porque "noté que mi padre se ha llegado a sacrificar por mi hermano de estar sin comer algún día". 

Ahora Ibai ahorra... "mira como voy vestido", asegura. Y reflexiona: "La ropa cara no me cabe, estoy muy gordo". Tampoco tiene casas ni pisos y en lo que sí gasto más dinero es en "cenar bien" pero ahora no se puede. Confiesa que fue al restaurante de Arzak tras buscar en Google 'restaurante caro Barcelona comer bien' y fue en pantalones cortos "y me echaron". Se fue a comprar un pantalón negro largo y "no me cabía ninguno porque tengo que ir a tallas grandes y me cobraban 800 euros y pensé en hacerlo para ir al restaurante y acabé comiendo en un kebab". 

Cuando tuvo que elegir hacer una carrera le llegó una oferta para irse a Barcelona por 1.000 euros. "Lo pasé muy mal con la mudanza y esa es la peor época de mi vida". No sabía lo que me pasaba pero eran "ataques de pánico". Luego todo fue triunfar y llovieron los anunciantes. "Rechacé en su día a un banco muy joven y era mucho dinero y me lo pensé mucho porque imagínate que soy la imagen de un banco y luego desahucian a siete personas. También he rechazado a casas de apuestas que pagan fuerte". Relata que no ha querido ser su imagen porque su tío acabo siendo adicto al juego y "acabó suicidándose".  "No me sale hablar bien de ellos a cambio de dinero", sentencia. 

La otra forma de financiación que tiene es a través de los suscriptores "que pagan cinco euros al mes". Tiene ahora mismo 40.000 que pueden generar 120.000 dólares al mes porque "me llevo el 70%". Ibai también  habló de irse a Andorra a tributar. No lo ha hecho y es consciente que "si me voy me sale mucho más económico por mucha tormenta de mierda que me caiga". "Igual soy imbécil pero si ganas mucho tiene que contribuir más que una persona que gana 1.500 euros al mes", explica. 

"Las primeras veces que te llaman gordo te afecta" pero asegura que se lo han llamado tantas veces "que ya se lo toma con humor y forma parte de mi personaje".  Sobre la falta de chicas en el sector reconoce que "en videojuegos hay  mucho garrulo suelto". Si lo dejara todo le gustaría vivir en un pueblo de Euskadi con pocos habitantes y "montarme mi propio negocio tranquilo como una panadería o floristería. Una vida más tranquila". 

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