Joaquín Prat: "No me molesta ser el chico Ana Rosa"

  • Su padre, Joaquín Prat, fue un grande del Periodismo, y su actual compañera de plató, Ana Rosa Quintana, es un "monstruo" de la televisión. Sin embargo, nadie le hace sombra al presentador Joaquín Prat Sandberg, aunque, de vez en cuando, le caigan etiquetas como "chico Ana Rosa", "no me molesta", explica.

Madrid, 23 may.- Su padre, Joaquín Prat, fue un grande del Periodismo, y su actual compañera de plató, Ana Rosa Quintana, es un "monstruo" de la televisión. Sin embargo, nadie le hace sombra al presentador Joaquín Prat Sandberg, aunque, de vez en cuando, le caigan etiquetas como "chico Ana Rosa", "no me molesta", explica.

"La televisión es muy de etiquetas", explicó el comunicador en una entrevista reciente con Luján Argüelles en su programa de Efe Radio.

Desde hace cinco años, presenta junto a Ana Rosa Quintana un "magazine" televisivo, "El Programa de Ana Rosa", que combina actualidad, política, crónica de sucesos y corazón.

Dice sin complejos que la prensa rosa gusta tanto porque los espectadores empatizan con las vidas de personajes como "Rosa de Benito y Amador Mohedano, Chabelita o José Fernando". "Los problemas de la gente popular los viven muchas familias en este país", afirma.

Empezó la carrera de Ciencias Económicas porque su padre, licenciado en Derecho, le recomendó estudiar "algo serio". Pronto descubrió que su pasión no eran los números, "me di cuenta de que no podía seguir haciendo el imbécil estudiando algo que no me llenaba".

Su verdadera vocación, el Periodismo, no atravesaba la crisis actual y pronto llegó su oportunidad, en Radio Nacional de España, donde trabajó en más de 20 programas. Tuvo la suerte de compartir cabina en "Hoy por hoy", durante seis años, con Iñaki Gabilondo, "nunca nadie me llamó el chico Gabilondo", ríe el periodista.

"La naturalidad" es su arma para conquistar a una audiencia fiel que no suele fallar por las mañanas. Aún así, "siempre miramos los datos de audiencia", confiesa el presentador, quien dirigió, en 2013, su propio programa de televisión, "Campamento de verano".

Aunque el corazón, "la pandereta", como el lo califica, le divierte especialmente, su debilidad en el programa es la mesa política. Suele "mojarse" con sus opiniones porque considera que esa es la única vía para conseguir "que los de arriba se enteren de que por donde nos llevan no es el mejor camino", ha dicho.

"Los ciudadanos, gracias a su solidaridad, están sacando adelante todo esto", comenta refiriéndose a la situación de España. "Todo se ha puesto en duda porque no están a la altura ni los políticos, ni los sindicatos, ni la Familia Real...nadie", ha manifestado.

Se emociona especialmente al recordar la historia de su padre, Joaquín Prat, quien tuvo que emigrar en los 70 a Italia y Suiza para ayudar en la economía familiar. "Trabajó como heladero, como barrendero y en otros trabajos", recuerda Prat Sandberg.

Algún día, tendrá sus propios hijos, "aunque yo ya sé más o menos lo que es eso". Su pareja tiene tres hijos de otra relación, "yo los quiero como si fueran míos, primero me enamoré de ella y luego de esos niños", relata.

Hace unos meses, pidió matrimonio a su novia y lo hizo a la vieja usanza. "Se lo pedí con rodilla al suelo, en medio de la calle, en la puerta de su trabajo". EFE.

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