La "épica del optimismo" llega a los Teatros del Canal con "Los días felices"

  • Madrid.- La "épica del optimismo" y el "amor compasivo" se dan cita en "Los días felices", una obra parida en 1960 por el dramaturgo irlandés Samuel Beckett y que mañana hace su puesta de largo en los Teatros del Canal de Madrid.

La "épica del optimismo" llega a los Teatros del Canal con "Los días felices"
La "épica del optimismo" llega a los Teatros del Canal con "Los días felices"

Madrid.- La "épica del optimismo" y el "amor compasivo" se dan cita en "Los días felices", una obra parida en 1960 por el dramaturgo irlandés Samuel Beckett y que mañana hace su puesta de largo en los Teatros del Canal de Madrid.

"Nos hemos tropezado con la épica del optimismo, que es un aspecto muy desconcertante. Siempre se había dicho que Beckett era un gran pesimista, pero Winnie, mi personaje, es una loca de la esperanza", explicó la actriz Isabel Ordaz en la presentación del espectáculo.

La protagonista de la trama es "una mujer frágil, divertida, que tiene miedo al paso del tiempo y desea que la quieran, pero, al mismo tiempo, lucha a capa y espada para defender su parcela de felicidad", detalló Ordaz.

Charlatana y desenfadada, Winnie encuentra motivos para sonreír a pesar de su dramática situación, semienterrada como se encuentra en un montículo de arena. "Con Beckett pasa algo parecido: está enterrado tras muchos puntos de vista. Nuestra intención con esta obra era mostrar su humanidad", señaló Ordaz.

La artista ha tenido que salvar numerosas dificultades, en su mayoría de carácter físico, a la hora de construir su personaje: "La inmovilidad provoca que el cuerpo te duela, pero te hace creer en la palabra desnuda. Me presento despojada, con mis recursos cortados, y por eso hemos afrontado la obra desde la magia del contar".

Aunque se trata de un monólogo, Ordaz comparte escenario en ciertos pasajes con Julio Vélez, que encarna al marido de Winnie.

"Willie sale muy poco y la gente sólo le conocerá si se quedan hasta el final, pero seguro que lo harán, porque esta obra consigue que el espectador se quede agarrado a la butaca", afirmó el actor.

El intérprete destacó "el amor compasivo que desprende la obra", un texto "muy lúcido" y que permite la identificación del público con los personajes: "Creo que más de uno va a reconocer en Winnie y Willie a muchas personas cercanas; yo siempre me acuerdo de mis padres", confesó.

La dirección artística corre a cargo de Salva Bolta, quien ha desmitificado la complejidad del teatro de Beckett: "Siempre me había parecido muy complejo, pero luego, cuando coges el bisturí, encuentras una persona con emociones, visceras, sueños, trampas, voluntades, amor y esperanza", enumeró.

No obstante, el director ha requerido grandes dosis de paciencia para adaptar "Los días felices": "Cuando empezamos a trabajar con el texto no teníamos ni idea de por dónde meterle mano. Hemos maldecido y bendecido a Beckett muchas veces, casi a diario, pero también hemos disfrutado mucho con esta tortura", bromeó.

Por su parte, el director de los Teatros del Canal, Albert Boadella, desveló una curiosa anécdota sobre el autor del texto: "Firmó un manifiesto para lograr mi libertad cuando estuve encerrado en la cárcel. Por desgracia, no impresionó mucho a los que me tenían cautivo".

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