La polémica continúa dos años después de abrir la Ciudad de la Cultura

  • Juan Rodil.

Juan Rodil.

Santiago de Compostela, 10 feb.- Cuando se cumplen poco más de dos años desde su inauguración, la Ciudad de la Cultura erigida en las proximidades del casco histórico de Santiago de Compostela es objeto aún de polémica entre la oposición y Gobierno de Galicia.

El 11 de enero del año 2011 se abría oficialmente la Ciudad de la Cultura. Aquel día, los Príncipes de Asturias inauguraron los dos primeros edificios del complejo: la Biblioteca y el Archivo.

Las instalaciones quedaban entonces abiertas al público sin estar concluidas totalmente, ya que de los seis edificios ideados por el arquitecto neoyorquino Peter Eisenman quedaban aún por abrir cuatro, y, en la actualidad, dos siguen paralizados: el Teatro de la Música y el Centro de Nuevas Tecnologías.

Desde su nacimiento, el proyecto impulsado por un expresidente de la Xunta de Galicia, el fallecido Manuel Fraga, ha generado polémica entre formaciones políticas, en parte por la cantidad de dinero invertida en este "paisaje arquitectónico sereno, estimulante y renovador", como lo definió el Príncipe Felipe en su discurso de inauguración.

Desde el Gobierno gallego, el secretario xeral de Cultura, Anxo Lorenzo, afirmó a Efe que lo invertido hasta el momento "no llega a los 300" millones de euros.

Pero el diputado autonómico de Alternativa Galega de Esquerda (AGE) Xabier Ron dijo a Efe que las cuentas están "más cerca de los 400 que de los 300 (millones)".

"Cuentas opacas", "capricho en época de vacas gordas" o "monumentalismo constructivo", han sido algunos de los calificativos que le ha dedicado este parlamentario a este proyecto que, para él, "nunca debió de existir" y que para la diputada del BNG Ana Pontón fue "un fracaso palpable y notable del PP, que tiene la autoría y responsabilidad de estos edificios".

También crítico se ha mostrado el diputado socialista gallego y exministro de Justicia Francisco Caamaño, que calificó la Ciudad de la Cultura como "un sueño más propio de los dioses que de la realidad", y "un problema" de gestión para el Gobierno que tenga que heredarlo.

Muy distinta es la opinión del diputado del PPdeG Agustín Baamonde, que en la Cámara gallega acusó a PSdeG y BNG de olvidarse que "ellos son corresponsables de este problema", como lo definen, al ignorar su gestión al frente del gobierno bipartito.

El veterano parlamentario dijo que, entre los dos posicionamientos que existen, "eliminar la Ciudad de la Cultura, o potenciarla y rentabilizarla", su formación apuesta por la segunda.

Y si la inversión económica ha generado controversia no menos discrepancias han levantado los contenidos con que llenar el extraordinario complejo cultural, cuya eventual rentabilidad en el futuro nadie es capaz de predecir.

El exconselleiro de Cultura del Gobierno gallego Roberto Varela, hoy embajador de España en Uruguay, reconoció en su momento que la Ciudad de la Cultura nació con polémica, pero sostuvo que eso ocurre con todos los grandes proyectos arquitectónicos y citó el Guggenheim de Bilbao, la Ópera de Sidney o el Lincoln Center de Nueva York.

Lo cierto es que el complejo cultural gallego sigue siendo utilizado como arma arrojadiza entre los partidos políticos y de este conflicto echaron mano hasta los cómicos.

El ocurrente y controvertido Leo Bassi ofrecía unos meses viajes en autobús hasta la Ciudad de la Cultura, símbolo "de la corrupción, el despilfarro y la hipocresía de los políticos", bajo su criterio.

Desde la Xunta el secretario xeral de Cultura, Anxo Lorenzo, cree que dos años es poco tiempo para que el proyecto esté apuntalado, pero aseguró a Efe que en este periodo han cambiado muchas cosas y confía en que el complejo del monte Gaiás esté "muy consolidado" como proyecto arquitectónico y cultural en 2018.

Consciente de que corren tiempos difíciles, Lorenzo indicó que cuando cambie el ciclo económico el Gobierno que esté en ese momento tendrá que adoptar una decisión.

Mientras tanto, reconoce al ser preguntado por los dos edificios paralizados: "nuestra intención es no gastar más en ladrillo, sino lo que tenemos mantenerlo en las mejores condiciones posibles y con contenidos interesantes y de calidad".

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