"Lamentaciones de un prepucio", la filípica contra Dios de Shalom Auslander

  • Madrid.- Tras cuarenta años acongojado por la Ira de Dios, Shalom Auslander decidió borrar sus miedos de una vez por todas. O al menos lo intentó, porque el escritor vive aterrado por las represalias divinas en su última obra, "Lamentaciones de un prepucio" (Blackie Books).

Madrid.- Tras cuarenta años acongojado por la Ira de Dios, Shalom Auslander decidió borrar sus miedos de una vez por todas. O al menos lo intentó, porque el escritor vive aterrado por las represalias divinas en su última obra, "Lamentaciones de un prepucio" (Blackie Books).

"Quería mostrar lo divertido e inteligente que soy. Además, me pareció que, después de toda una vida de lectura, no había leído nunca sobre la experiencia de ser religioso, de ser devoto, de ser, literalmente, temeroso de Dios", explica Auslander (Nueva York, 1970) en una entrevista con Efe.

"Había leído acerca de la experiencia de ser criado en una familia religiosa, de ser un hombre religioso en mitad de un mundo secular, pero nunca sobre el hecho literal y directo de temer a Dios. En todo caso, esto era algo secundario a lo del rollo inteligente", añade el novelista.

Educado en la ortodoxia judía, Auslander se desvió de los parámetros religiosos a través de la pornografía, la comida no Kosher, la marihuana, el hurto, la masturbación compulsiva y, en definitiva, una vida que bien podría definirse como laica.

"El motivo de hacer este libro es el mismo que animó a Barack Obama para perseguir a Bin Laden. Algo acerca de cortar la cabeza de una serpiente. Hay terremotos, guerras, enfermedades, desgracias, familias rotas, defectos de nacimiento... ¿Y cuándo nos toca opinar a nosotros?", se pregunta el literato.

"¿Cuándo se llega a decir: "No, vete a la mierda, gilipollas"? Más importante aún, ¿cuándo y cómo expía Dios sus pecados contra nosotros? Después del diluvio, juró que nunca volvería a hacerlo. Para mí eso suena como una admisión de falta, pero todavía estamos esperando una disculpa", advierte.

Armado con toneladas de humor, Auslander nos cuenta su historia, la de un hombre joven que pasa de Dios aunque nunca haya dejado de temerle. El escritor no desea continuar la tradición judía y cortarle el prepucio a su primer retoño, que está a punto de nacer, por más que esa decisión pueda desatar la furia del Altísimo.

"Dios es un sádico que disfruta con el sufrimiento ajeno. Al menos eso es lo que me enseñaron mis profesores. Cualquier persona honesta que haya leído los libros de Moisés (los cinco) no tiene forma de evitar esta misma conclusión", proclama el autor.

El ambiente familiar de Auslander, "represivo" según sus propias palabras, tampoco ayudó a mejorar su relación con Dios. "Era opresivo, pero sólo en un sentido sexual, emocional, teológico, físico y cultural", recuerda.

"El mundo físico es una prueba constante: la televisión es el diablo que trata de alejarnos de la Torah, la belleza natural trata de alejarnos de la oración, la belleza física trata de alejarnos de la pureza. 'Evite todo. Precaución en todas partes': ese fue el mensaje", detalla.

Aunque respondiera a una simple cuestión práctica, el novelista decidió transformar sus miedos en píldoras humorísticas. "Era eso o correr desnudo por la calle gritando sobre el fin del mundo. No tengo confianza suficiente como para afrontar la desnudez pública, así que me senté en un cuarto oscuro y escribí coñas", admite.

Tras "Beware of God" ("Cuidado con Dios", inédita en España), "Lamentaciones..." es la segunda obra que Auslander dedica a sus encontronazos con el Salvador. "Mi próxima novela se titula 'La esperanza: una tragedia'. Se trata del peso de la historia, el genocidio, la inhumanidad del hombre hacia el hombre", anuncia.

"Quiero hacerlo en un tono divertido. Básicamente, después de haberme librado de Dios, no tengo a nadie a quien echarle la culpa de la vida, salvo a otro hombre. En cierto modo, estoy peor tras haber escrito 'Lamentaciones...'. Enhorabuena, Dios'", remata.

Mostrar comentarios