Las intrigas políticas y de Wall Street, en la primera obra de Javier Bernal

  • Banqueros sin escrúpulos, el vértigo de Wall Street, el conflicto palestino y las artimañas de los servicios secretos son algunos de los elementos que se trenzan en "El enigma de Rania Roberts", la primera novela de Javier Bernal, quien resume su creación como un "'thriller' político, religioso y financiero".

Madrid, 5 mar.- Banqueros sin escrúpulos, el vértigo de Wall Street, el conflicto palestino y las artimañas de los servicios secretos son algunos de los elementos que se trenzan en "El enigma de Rania Roberts", la primera novela de Javier Bernal, quien resume su creación como un "'thriller' político, religioso y financiero".

El autor (Valencia, 1962) comenzó la escritura de la novela "como un hobby", tarea que se fue perfilando gracias a los consejos de su amigo, el popular presentador Risto Mejide, y a algunas dosis de "ambición, mucha disciplina, un poquito de creatividad y bastante tiempo".

Concretamente, son cuatro años los que Bernal pasó envuelto en el proceso de creación, como comenta en una entrevista con Efe. Y es que para él no fue fácil compatibilizar su trabajo como directivo de una entidad financiera con la escritura de este "thriller" que se presenta con el sello de la editorial Suma de Letras.

"Quería hacer un 'thriller' internacional porque es un género que me gusta leer, pero pensando que tenía que ser capaz de aportar más cosas, así que lo hice más complejo, para entrelazarlo con historias de amor, superación y honestidad", afirma el autor, que reconoce que para él, esto supuso todo un "reto".

Buscando ese "algo más", Bernal tomó como punto de partida de su ficción a una chica palestina de Jericó, que "por circunstancias ajenas a ella acaba viviendo en Manhattan", donde su historia se enreda con las oscuras tramas financieras tejidas en los despachos de Wall Street, lo que ofrece una "doble lectura", según el escritor.

El retrato que realiza del mundo financiero y las malas prácticas bancarias recuerdan a los entresijos mostrados en películas como "Margin call" o "Inside Job", aunque Bernal reconoce que su mayor influencia ha venido de parte de la literatura, sobre todo la de autores como James Patterson y John Grisham.

A pesar de haberse sumergido por los "juegos sucios" de las altas esferas, confiesa que en la vida real ve las cosas de una manera más "postiva": "Del mundo financiero se ha hablado muchísimo, y con la crisis que ha habido, es normal que lo negativo salga como noticia, pero cuando lo conoces por dentro, es como cualquier sector; la mayoría de la gente es trabajadora y honesta".

Por eso, rechazó desde el principio la idea de crear una novela solo con sus personajes más "cínicos, calculadores y extremos", y en lugar de eso, se dedicó a contrastarlos con otros "con bondad, capaces de poner en peligro su vida por otros o que dejan su trabajo porque no están contentos con lo que ven".

"Si la novela hubiese sido solo sobre gente maquiavélica y manipuladora, a lo mejor podría haber sido atractivo, pero tétrico", aventura Bernal.

Y como apunta entre risas, espera que los protagonistas de la novela disten de sus homólogos en el mundo real: "Me daría miedo si los personajes que he creado fueran así en la realidad".

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