Leonardo, Hermoso y Ventura ponen broche triunfal a la feria de Almeria

Almería, 25 ago.- Los rejoneadores Leonardo Hernández, que cortó tres orejas, Pablo Hermoso de Mendoza y Diego Ventura, que pasearon dos cada uno, salieron hoy a hombros en el último festejo de la Feria de la Virgen del Mar de Almería.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Herederos de Ángel Sánchez y Sánchez, correctos de presentación y, aunque un punto mansurrones, en general resultaron manejables.

Pablo Hermoso de Mendoza: rejón y descabello (oreja) y pinchazo y rejón (oreja).

Diego Ventura: pinchazo y cinco descabellos (ovación) y rejón (dos orejas).

Leonardo Hernández: rejón (dos orejas) y rejón (oreja).

La plaza tuvo tres cuartos de entrada en tarde calurosa.

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INMEJORABLE FIN DE FERIA

Hermoso de Mendoza cuajó una labor de nota alta al toro que abrió plaza, en la que se mostró elegante y valiente a partes iguales en los galopes a dos pistas y cambios por los adentros con "Manolete", y muy exacto y certero con las banderillas montando a "Viriato". Buena labor del navarro que le valió un apéndice.

Lo mejor de su segunda faena fueron los emocionantísimos galopes de costado y el espectacular tercio de banderillas con "Chenel", de lo mejor de todo el festejo. Otra buena labor de Hermoso que le valió otro apéndice.

Ventura rayó también a gran nivel en su primera faena, en la que destacó sobremanera a lomos de "Nazarí" en un tercio de banderillas muy vibrante. Gustó también el hispano-luso con "Oro" en una rueda de cortas que pusieron la plaza en ebullición. El reiterado fallo en la suerte suprema le privó de pasear trofeos.

No bajo el diapasón Ventura en el quinto, al que cuajó en una faena de mucha transmisión y calado en los tendidos, que vibraron con las piruetas sobre "Cheque" y en final con las cortas con "Califa". Esta vez mató a la primera y cortó las dos orejas.

Leonardo Hernández llevó a cabo una primera labor redonda de principio a fin, en la que sobresalió en todos los tercios.

Desde los galopes de costado de salida, los cambios y batidas de pitón a pitón, las banderillas al quiebro y de poder a poder de mucho riesgo y exposición, un par a dos manos de perfecta ejecución y un carrusel final de cortas "al violín", aquello fue el acabose. Dos orejas sin discusión.

En el que cerró plaza se vio de nuevo un Leonardo Hernández batallador pero también en su faceta más clásica para hacer el rejoneo de frente y muy de verdad, lo que le valió otro trofeo.