Largo Caballero, un líder obrero "completamente olvidado" por sus sucesores

  • Concha Carrón.

Concha Carrón.

Madrid, 17 ene.- Largo Caballero, el líder obrero más influyente del socialismo español en el siglo XX, es hoy una figura "completamente olvidada" por sus sucesores, una persona con una visión del proletariado "totalmente impensable" actualmente en las filas socialistas.

Quien defiende este planteamiento en una entrevista con Efe es el historiador Julio Arostegui, autor de una completa y extensa biografía titulada "Largo Caballero. El tesón y la quimera" (Debate), que llega hoy a las librerías con la intención de desterrar algunas "falsas" ideas sobre la trayectoria de este carismático adalid del movimiento obrero.

Largo Caballero (Madrid, 1869-París, 1946) no ha sido "nunca bien tratado por la historia", según Arostegui, para quien el dirigente sindical ha sido siempre "víctima del maniqueísmo, algo en lo que en este país somos geniales".

Para el catedrático emérito de Historia Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid, Largo Caballero necesitaba una investigación "un poco más ecuánime", y asegura que las distintas voces que le acusan de opinar una cosa y luego la contraria "solo se fijan en unos puntitos aislados de situaciones históricas, no en toda su trayectoria".

Por eso la principal novedad de esta biografía es tratar al personaje desde una perspectiva que abarque su vida completa, no pasajes aislados de la misma, aunque no es la única y entre sus aportaciones se incluyen también un nuevo análisis de la revolución del 34, en la que Largo Caballero, "fue clave".

La "reconciliación" que hubo al final de su vida entre éste e Indalecio Prieto, uno en París y el otro en México, es otro de los aspectos tratados en el libro, al ser conscientes ambos de que el problema fundamental era cómo echar a Francisco Franco del poder en España.

"Se da una nueva visión de Largo Caballero", asegura Arostegui, quien subraya que, tras esta biografía, "habrá ideas que cambiar" sobre la personalidad y la obra del líder obrero de masas, y será imprescindible dejar de considerar "que había dos Caballeros" y de calificarle de oportunista cuando realmente era un "pragmático" que pensaba que había que adaptarse a las circunstancias cambiantes.

De sus distintas facetas como presidente del Gobierno de un país en guerra, preso en los campos nazis, exiliado republicano en Francia, ministro de Trabajo y líder de masas de las clases obreras, el historiador se queda con su "espléndida" etapa como ministro de Trabajo, en la que en solo dos años aprobó reformas laborales "impensables" en la época.

Según Arostegui, ésta es "sin duda" su obra "más perdurable", y recuerda que aunque algunas normas laborales que impulsó fueron derogadas posteriormente, otras permanecieron incluso durante el franquismo, como la creación de delegaciones de trabajo o colocar al Estado en el centro de las relaciones laborales.

"Hoy, por obra del neoliberalismo imperante, estamos en una situación de las relaciones laborales que ponen las cosas en tiempos anteriores a Largo Caballero", asegura sin dudar este historiador, quien no tiene reparos en subrayar que con la actual reforma laboral en alguna materia, "hemos regresado a tiempos anteriores" a la época del protagonista de su obra.

Pero si por la "derecha", según Arostegui, "era más esperable" este trato "injusto" a la labor realizada por Largo Caballero, el problema es que "también ha sido muy mal visto por la izquierda".

A Largo Caballero le debe el movimiento obrero actual "la idea de la auténtica misión del proletariado", asegura, para precisar que éste movimiento "y más aún el PSOE" se han olvidado "por completo" de uno de sus principales dirigentes, y añadir que hoy su visión "cabal" y de "honradez" sería "impensable" entre sus sucesores.

"Aunque la historia cambia y las situaciones también, hay unas raíces históricas, intelectuales y políticas que no se pueden tirar a la basura", subraya Arostegui, quien considera que eso no es solo "un problema" para el partido sino también "para el país".

Otro de los tópicos que despeja esta nueva biografía es su apelativo del "Lenin español", que Largo Caballero definió alguna vez como "una estupidez" y que atribuyó al Partido Comunista, al considerar, según Arostegui, que "no había ningún caudillo del tipo de Lenin en el movimiento socialista español".

Su imagen de "integridad, de entrega absoluta a la causa de la clase obrera" es sobre la que ha querido arrojar luz Julio Arostegui, quien recuerda que define muy bien "su espíritu de clase obrera" el hecho de que, después de haber tenido tantos cargos de responsabilidad, se definiese como "estuquista de profesión", una concepción humilde "que hoy ha desaparecido enteramente".

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