Los "Eagles" de Chorrillo amenizan jornada de estudio de la Ruta Quetzal BBVA

  • Nada tienen que ver con el grupo estadounidense que inmortalizó "Hotel California" ni suman los años de aquel, pero comparten denominación: se llaman Eagles, en concreto White Eagles Percusion Corp Panamá, tienen entre 12 y 18 años y viven en el conflictivo barrio de El Chorrillo, de la capital panameña.

Concepción M. Moreno

Panamá, 29 jun.- Nada tienen que ver con el grupo estadounidense que inmortalizó "Hotel California" ni suman los años de aquel, pero comparten denominación: se llaman Eagles, en concreto White Eagles Percusion Corp Panamá, tienen entre 12 y 18 años y viven en el conflictivo barrio de El Chorrillo, de la capital panameña.

Nueve jóvenes percusionistas, ocho chicos y una chica, irrumpieron hoy en las gradas del estadio Rommel Fernández para su ensayo cotidiano, en medio de la jornada académica de la Ruta Quetzal BBVA, que se desplazó al Instituto Nacional, uno de los edificios más emblemáticos de esta ciudad.

Todos ellos estudiantes de esta institución pública, que tiene por lema "nido de águilas" (de ahí la denominación de Eagles), confiesan que la música no solo les aleja de situaciones de riesgo, como violencia o consumo de drogas, sino que es su "pasión".

Melissa Barba, la única chica de este grupo, reconoce a Efe que la música es su "vida", pues gracias a formar parte de estas "águilas" logró entrar en el instituto.

A sus 13 años, sueña con ser bióloga marina, aunque por ahora todo su interés se centra en la música, tanto que, además de tocar con sus compañeros del centro escolar, tiene otra banda en la que alterna pop con hip hop.

El único egresado, Joel Enrique, es DJ, productor y compositor especialista en música electrónica. Con 18 años, aspira a ser productor profesional y llevar al grupo Smooth Candy (formación incluida en estas White Eagles) a lo más alto.

"Los sueños se pueden. Como dice mi madre, todo se puede si Dios está contigo. Los sueños mueren cuando el soñador deja de soñar", afirma a Efe este joven.

Saúl Pinto (16 años), Giancarlo Suárez (16), Yoshua Bonilla (15), Jason Goddard (16), Rolando Alveo (15), Miguel Argüelles (17) y Leonardo Rivas (12) completan esta formación que ensaya de lunes a sábado entre tres y cuatro horas diarias con todos sus instrumentos: redoblante, bombo, platillo y tons.

Sueñan con viajar alguna vez a Europa, a países como Alemania, Bélgica o Francia, pero sobre todo a España, pues varios de ellos son seguidores del FC Barcelona y del Real Madrid.

"Yo sueño con pisar el Camp Nou alguna vez", exclama Saúl Pinto con una sonrisa en los labios.

"Pues yo quiero ir a mi barrio", bromea Miguel Argüelles cuando Efe le informa de que en Madrid existe uno con su apellido.

El Chorrillo es uno de los barrios más conflictivos de la capital panameña, pues en él se concentra un alto número de pandillas juveniles y no es raro que ocurran balaceras (tiroteos), por lo que estos jóvenes están acostumbrados a vivir en un ambiente hostil, rodeados de violencia y de narcotráfico.

"Si estamos en la música, estamos alejados de todo eso y ni siquiera tenemos tentaciones de entrar", reconocen todos a una.

Esta barriada también forma parte de la historia de Panamá ya que, tras la firma de los tratados Torrijos-Carter de 1977, desde aquí partió la primera bandera panameña que se izó en lo alto del Cerro Ancón, en sustitución de la estadounidense, que hasta ese momento dominaba el paisaje.

En este Instituto Nacional, que funciona desde 1901 y es señero en la educación pública, se criaron nombres célebres de Panamá, como los del propio futbolista Rommel Fernández o el músico Rubén Blades.

Y en medio de ese espíritu de forja de valores y de cierta rebeldía, los expedicionarios de la XXVIII Ruta Quetzal BBVA desarrollaron hoy sus emprendimientos sociales, amenizados por la música de los "Eagles" de El Chorrillo.

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