Maazel presenta en Valencia una Aida ajena a los convencionalismos egipcios

  • Valencia.- El Palau de Les Arts de Valencia alzará el próximo sábado el telón de su quinta temporada con una versión de la ópera Aida alejada de los convencionalismos iconográficos del antiguo Egipto, en la que el director, Lorin Maazel, rescata el intimismo original de una historia de amor "inocente y púdica".

Maazel presenta en Valencia una Aida ajena a los convencionalismos egipcios
Maazel presenta en Valencia una Aida ajena a los convencionalismos egipcios

Valencia.- El Palau de Les Arts de Valencia alzará el próximo sábado el telón de su quinta temporada con una versión de la ópera Aida alejada de los convencionalismos iconográficos del antiguo Egipto, en la que el director, Lorin Maazel, rescata el intimismo original de una historia de amor "inocente y púdica".

Así ha definido el maestro francés esta coproducción con el Covent Garden de Londres, que abrirá una temporada marcada por unos "recortes" presupuestarios que han obligado a reducir la producción propia y a buscar la colaboración con otros auditorios, como en este caso, según la intendente del coliseo valenciano, Helga Schmidt.

Algunos megalómanos acudirán al Palau esperando un escenario cargado de elementos tradicionales de la antigua cultura egipcia -pirámides y palacios-, pero les espera "una gran sorpresa", porque se encontrarán con una versión "vanguardista y conceptual", donde prevalece la "calidad irrefutable" de la música, advierte Schmidt.

"Las palmeras, los elefantes y las dunas" ceden su espacio al mestizaje a través de símbolos mayas, celtas o africanos que sirven para definir los estereotipos de cada personaje.

La soprano Indra Thomas (Aida), especialista en óperas de Verdi, ha admitido que se trata de una versión "muy diferente al resto", y en algunos casos, dependiendo de la percepción de cada espectador, puede llegar a ser "provocadora", ha añadido Maazel.

La "innovación" de esta propuesta se aprecia desde el aria inicial de la partitura, en la que el capitán de la guardia egipcia, Radamés -encarnado por el tenor Jorge de León-, aparece como un soldado samurái que exhibe su dominio de la catana.

"Fue una auténtica sorpresa. Ya había interpretado esta ópera anteriormente y el comienzo es muy estático, relatando hechos pasados, pero aquí somos samuráis. En los primeros ensayos tenía agujetas", ha contado el cantante tinerfeño, quien no obstante asegura que es un montaje de "altísimo nivel en todos los sentidos".

En el caso de la mezzosoprano Daniela Barcellona, encarnar a Amneris, hija del faraón, es un "sueño de la infancia convertido en realidad" y un "desafío" por la "fuerza" del personaje y la originalidad del montaje.

El objetivo de este conceptualismo es, según ha dicho Schmidt, evitar que la música se vea degradada por el espectáculo, ya que, en realidad, esta obra de Verdi es una composición "introspectiva".

"Aida es una ópera íntima, casi de cámara. La representación tradicional ha empañado su correcta visión. Las pirámides y los elefantes no aportan nada", según Maazel.

El director concibe esta ópera como "una historia de amor y celos" con la que "todos se pueden identificar", afectada por un "toque político" externo que proporciona el padre de Aida, el rey etíope Amonasro.

El maestro francés afronta esta coproducción -liderada por el Covent Garden, según Schmidt- como uno de sus "cuatro grandes retos" profesionales de esta temporada, tras cuya finalización se despedirá de la dirección musical del Palau de Les Arts para ceder su puesto a Omer Wellber.

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