Marina ahonda en la perversidad en "Pequeño tratado de los grandes vicios"

  • El filósofo José Antonio Marina, tras recuperar la memoria de las mujeres de la asociación "Lyceum Club Femenino" y cartografiar las manifestaciones del poder, regresa a las librerías con un "Pequeño tratado de los grandes vicios", donde estudia el canon de perversidad de la cultura occidental.

Barcelona, 12 dic.- El filósofo José Antonio Marina, tras recuperar la memoria de las mujeres de la asociación "Lyceum Club Femenino" y cartografiar las manifestaciones del poder, regresa a las librerías con un "Pequeño tratado de los grandes vicios", donde estudia el canon de perversidad de la cultura occidental.

Publicado por Anagrama, no esconde el escritor que el libro le ha servido también como "una especie de examen de conciencia privado", mientras iba deteniéndose, cual detective cultural, por los siete pecados capitales: soberbia, ira, envidia, avaricia, lujuria, gula y pereza.

Durante la presentación del ensayo, Marina, que cree tener más tendencia a la soberbia que a la gula, ha comentado que a los humanos desde siempre les ha parecido más interesante "el mal que el bien", lo que ha atribuido, en parte, a que nos "divierte ser espectadores del mal, aunque no vivirlo".

Aunque considera que el mal siempre produce "mayores emociones y sensaciones más fuertes" que el bien, ha alertado sobre el deber de salvaguardar la dignidad y no acostumbrarse a los horrores de la maldad, como ocurrió en la Alemania nazi. "Hay peligros sobre los que se debe estar siempre vigilantes", ha apostillado.

A su juicio, la educación es fundamental, especialmente para plantearse que la alternativa a una sociedad regida por valores simbólicos sólo es la selva "en la que el pez grande se come al pequeño".

Por este motivo, cree que hay que hacer especial hincapié en la formación de las capacidades del niño, además de instruirle con un conjunto de conocimientos.

Para Marina, antes de los ocho años deben resolverse en los más pequeños los problemas de agresividad, lo que significa que se les pida que no se enfaden, sino que se "indignen por lo que es injusto".

Asimismo, apuesta para intentar que en su proceso educativo todos los niños adopten posturas activas porque, de lo contrario, serán "seres vulnerables".

Preguntado sobre cuáles cree que son los grandes vicios del siglo XXI, José Antonio Marina ha indicado que ve tres grandes peligros: "La soberbia tecnológica, la peligrosa dignificación de la codicia económica y la pereza ciudadana, la de una amplia mayoría que piensa que nada puede hacer ante lo que sucede y que está en una indolencia confortable".

Por otra parte, no ha rehuido contestar sobre si hay vicios más masculinos que femeninos, aunque ha precisado que es difícil discernir a estas alturas cuáles lo son más por un aspecto biológico y cuáles por una cuestión cultural.

En todo caso, sostiene que la ira siempre se atribuyó a las mujeres, igual que la envidia, mientras que la soberbia, la avaricia o la gula tienen que ver con los hombres. EFE.

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