Patrimonio de la Humanidad, y también de la naturaleza

  • Trece ciudades españolas ostentan el título de "Patrimonio de la Humanidad" que otorga la Unesco, pero a su riqueza histórica y cultural se ha sumado un valor que cada año interesa a un mayor número de turistas: su recursos naturales y su paisaje.

Raúl Casado

Madrid, 16 sep.- Trece ciudades españolas ostentan el título de "Patrimonio de la Humanidad" que otorga la Unesco, pero a su riqueza histórica y cultural se ha sumado un valor que cada año interesa a un mayor número de turistas: su recursos naturales y su paisaje.

Alcalá de Henares, Ávila, Cáceres, Córdoba, Cuenca, Ibiza, Mérida, Salamanca, San Cristóbal de La Laguna, Santiago de Compostela, Segovia, Tarragona y Toledo integran esa red española de "Ciudades Patrimonio de la Humanidad", que a lo largo de este mes celebra su vigésimo aniversario.

A las plazas, las calles, los patios, las catedrales, los teatros, los palacios, los rincones y los conjuntos arquitectónicos que justificaron la concesión del "título", estas ciudades han sumado durante los últimos años el atractivo de sus zonas verdes, de los espacios naturales que las circundan -o que están inmersos en ellas- y las especies singulares de flora y fauna que albergan.

Las trece están además rodeadas de numerosos Lugares de Interés Comunitario (LIC) y Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), las dos figuras de protección establecidas por la Unión Eurropea para integrar la Red Natura 2000, el principal instrumento de conservación de la biodiversidad que existe en la UE.

Las iniciativas para potenciar los valores naturales de esas trece ciudades se han multiplicado durante los últimos años, poniendo el foco en el creciente número de turistas interesados en itinerarios alternativos, y algunas de esas ciudades "reciben" a esos turistas (y promocionan entre sus ciudadanos) con guías específicas sobre los recursos naturales.

La imagen de Alcalá de Henares (Madrid) está ligada a la cigüeña blanca, cuyos nidos pueblan muchos de los edificios y monumentos históricos, y sus habitantes conocen ya cómo funcionan sus ciclos migratorios, e incluso que su marcha se debe a la falta de alimento durante los meses más fríos y no a la propia bajada de las temperaturas.

Y los Cerros de Alcalá, además de albergar los restos de una antigua ciudad musulmana, constituyen un ecosistema ideal para el lagarto ocelado, para la abubilla o para setenta tipos diferentes de mariposas (el 32 por ciento de las que existen en la península Ibérica), entre ellas la "mariposa arlequín".

Los 2,5 kilómetros de la muralla, sus nueve puertas y las 2.500 almenas son la imagen característica de Ávila, una ciudad -la vieja- que apenas cuenta con espacios verdes, pero rodeada de parajes y de recursos naturales entre los que destaca El Soto, atravesado por el río Adaja, un espacio que se ha consolidado como lugar de esparcimiento para los abulenses y que atrae a miles de turistas.

Cáceres cuenta con cuatro Zonas de Especial Protección para las Aves incluidas en la Red europea Natura 2000, y una de ellas coincide con las murallas de la ciudad medieval, un conjunto histórico y monumental capaz de atraer a miles de turistas, pero también a numerosos aficionados a la ornitología, porque desde sus torres, sus palacios y sus campanarios se pueden contemplar con relativa facilidad hasta cincuenta especies diferentes de aves.

Los Sotos de la Albolafia, las riberas y balcones del Guadalquivir o algunos de sus parques "periurbanos" complementan la oferta cultural de Córdoba, y algunas de las hoces que rodean la ciudad de Cuenca se han convertido en los lugares elegidos por muchos aficionados a la fotografía para captar su instantánea de esta "ciudad-paisaje".

El característico perfil de la ciudad Ibiza, las presas romanas de Cornalvo y Proserpina (en Mérida) y el entorno natural que se ha formado entorno a ellas, o alguna de las playas vírgenes de San Cristóbal de la Laguna, son atractivos naturales de estas "ciudades patrimonio", como lo son las riberas del Tormes en Salamanca, los parques urbanos de Santiago de Compostela y las cumbres de la Sierra de Guadarrama junto a la ciudad de Segovia.

Y Tarragona potencia sus bosques, sus playas y calas como complemento a su atractivo pasado romano, mientras que algunos de los acontecimientos naturales que se repiten cada día (el amanecer o el atardecer) refuerzan los valores culturales y paisajísticos de ciudades como Toledo.

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